Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el precio de los préstamos personales está por los suelos. En diciembre de 2015, la banca española concedió créditos al consumo con una TAE media del 8,43 %, la más baja desde junio de 2012. Sin embargo, muchos préstamos baratos tienen “trampa”, puesto que la mayoría de ellos incluyen un gran número de productos vinculados que o bien encarecen su precio o bien lo encarecerán en cuanto se dejen de cumplir las condiciones de vinculación.
Tal como apuntan desde el comparador de préstamos HelpMyCash.com, la mayoría de las entidades bancarias sólo aplican un tipo de interés bajo si el cliente contrata una serie de productos vinculados al préstamo personal. Lo más habitual es que el solicitante tenga que domiciliar sus ingresos (con un importe mínimo) y contratar uno o más seguros o una tarjeta de crédito. Incluso hay bancos que se ofrecen a rebajar todavía más el tipo de interés si se contratan productos algo más complejos, como planes de pensiones o fondos de inversión, aunque no es lo más común. Sin embargo, aumentar la vinculación para conseguir un préstamo personal más barato puede salir caro, ya que en algunos casos el coste de estos productos no se incluye en la TAE del crédito.
El coste de los productos vinculados no siempre se refleja en la TAE
Los productos que más pueden encarecer un préstamo personal son las tarjetas de crédito, sobre todo si son tarjetas revolving o de pago aplazado. Los bancos que rebajan el tipo de interés a cambio de contratar una tarjeta de crédito suelen obligar al cliente a realizar un gasto mínimo anual para poder seguir disfrutando de la oferta y en caso de no realizarlo, el interés sube automáticamente. Además, si se usa la tarjeta para pagar a plazos, el cliente deberá reembolsar el crédito pagando unos intereses muy elevados (de entre el 12 y el 29 % TAE), lo que le supondrá un coste añadido. El coste de los intereses de la tarjeta de crédito no se incluye en la TAE del préstamo personal, aunque puede encarecer su precio de manera indirecta.
La contratación de seguros también puede suponer un coste añadido. En la TAE de los préstamos personales sólo es obligatorio reflejar el coste de los seguros que garanticen el pago del crédito (es decir, de los seguros de vida y de protección de pagos). Por tanto, si se contratan créditos al consumo con otro tipo de seguros vinculados (de auto, de hogar, etc.), habrá que mirar siempre si su precio se incluye en el interés del préstamo. Además, hay que tener en cuenta que el coste de los seguros puede variar cada año, lo que significa que habrá que pagar más de lo previsto si la compañía aseguradora o la propia entidad prestamista decide encarecer sus tarifas.
Créditos baratos sin productos vinculados
En resumidas cuentas, contratar productos vinculados para rebajar el tipo de interés de un préstamo personal sólo sale a cuenta si los productos vinculados se mantienen contratados durante toda la vida del préstamo, para evitar que luego suba el interés. Además, si se contratan seguros o tarjetas de crédito, habrá que ir con cuidado con las posibles variaciones del precio y con el interés de los pagos aplazados, respectivamente. Debido a los inconvenientes que pueden ocasionar los productos vinculados, siempre será más recomendable buscar otros créditos al consumo baratos que no incluyan gastos de vinculación, como el Crédito Proyecto de Cofidis, que tiene un interés desde el 5,06 % TAE, o el Préstamo Personal de Cetelem, cuyo interés mínimo es del 7,18 % TAE.