Un software que permite analizar miles de contratos en una hora o un abogado virtual que revisa toda la legislación existente para dar respuestas precisas, son algunas de las nuevas herramientas que se aplican ya en las firmas de abogados más vanguardistas
A finales del pasado año, la firma británica Riverview Law anunciaba que había adquirido CliXLEX , una empresa norteamericana especializada en inteligencia artificial (IA) y en automatización de la gestión del conocimiento. La firma, pionera del ”new law”, apuesta por la aplicación de inteligencia artificial en el sector legal, y ya ha desarrollado un asistente virtual denominado KIM que analiza miles de casos anteriores y puede enviar consejos e información sobre los casos en los que estén trabajando los abogados.
El pasado mes de mayo de este año, el despacho de abogados estadounidense Baker&Hostetler anunciaba que había contratado un abogado de inteligencia artificial llamado ROSS. Este sistema, creado por IBM y basado en la tecnología Watson, es capaz de responder a una pregunta concreta realizada en lenguaje natural analizando todo el cuerpo de legislación existente sobre el tema. No ofrece un mero listado de posibles respuestas como cualquier buscador, si no que estructura su respuesta basada en los textos legales existentes y actualizados. También es capaz de rastrear en tiempo real los resultados de nuevas sentencias que hayan sentado jurisprudencia e incorporarlo a su documentación legal para futuras referencias, y, si la nueva información afecta a algún caso en proceso, ROSS avisa inmediatamente a los abogados.
Este tipo de herramientas basadas en el machine learning (sistema de aprendizaje de las máquinas) y el procesamiento de lenguajes naturales pueden localizar y analizar datos que a los abogados les llevaría años en cuestión de pocas horas. El objetivo de la aplicación de la inteligencia artificial al sector es optimizar y mejorar los procesos de investigación y búsqueda de información, e incluso es posible que ayude a realizar predicciones.
Otro ejemplo de este tipo de herramientas es el software ThoughtRiver, que permite revisar contratos a velocidades indescriptibles, mediante la identificación de un lenguaje específico y patrones de palabras. Así,evalúa el riesgo de los contratos, clasificándolos de manera que permite determinar cuáles deben ser revisados por equipos de abogados especialistas y cuales no será necesario, permitiendo a los abogados emplear su tiempo en otras tareas.
Es también una aplicación interesante para los despachos la creación de la empresa Lexis Nexis, Lex Machina, que es capaz de realizar un seguimiento del historial de abogados y jueces, siendo útil para ver cómo fallan determinados jueces dependiendo del caso y qué abogados en particular participan en determinado tipo de causas.
La aplicación de la IA y el futuro de la profesión del abogado
La ventaja de la utilización de este tipo de herramientas es el ahorro de costes y mejora de la eficiencia al poder realizar una mejor gestión del tiempo y de los recursos. Su principal aplicación se centra en aquellas tareas repetitivas y de bajo valor que hasta hace poco ha venido siendo realizado por los abogados junior o asistentes legales. Algunas voces señalan que este cambio va a llevar a que se reduzca el número de abogados, e incluso los hay, como el Ceo de RadiantLaw, Alex Hamilton, que han llegado a mencionar que en el futuro se hablará del“abogado biónico”. Sin embargo, la posibilidad de que lleguen a sustituir a los abogados reales todavía está lejos.
La Inteligencia artificial tiene un gran potencial, es capaz de revisar masivamente documentos, extrayendo la norma pertinente en cada caso, pero aún no pueden decir qué significa esa norma. Asimismo, el trato con el cliente, la capacidad emocional de entenderlos y el valor añadido es algo que solamente el abogado puede otorgar. Por lo que la evolución de la tecnología en la profesión legal llevará a que, junto con la capacidad de saber aprovechar al máximo las ventajas que estas herramientas otorgan, este tipo de competencias y habilidades sociales sean mucho más relevantes.