Los precios de las oficinas en Barcelona, su calidad de vida y sus buenas conexiones con Europa podrían hacer la ciudad muy atractiva para empresas que abandonen la City
El mercado inmobiliario español no es un algo homogéneo, de hecho cada vez más los inversores segmentan y cada ciudad es vista como un mercado diferenciado. “A menudo se nos olvida que Barcelona y Madrid son también importantes centros de negocios y que muchas empresas que hoy operan desde Londres necesitan tener, como mínimo, una filial con sede en un país de la Unión Europea para poder seguir operando y prestando servicios en el interior del bloque comunitario”, recuerda François Carriere, CEO de Coldwell Banker Prestige. “Esto supondrá que el Bréxit obligue a muchos negocios de la City a desplazarse junto a su personal e infraestructura hacia el continente”.
Esto explica que el Bréxit pueda ser un problema para las operaciones inmobiliarias en las zonas de la costa, donde ya se están parando operaciones inmobiliarias por parte de compradores británicos que han visto cómo los precios de las propiedades que estaban interesados en adquirir han incrementado sus precios en un 15% en pocos días a causa de la devaluación de la libra; sin embargo puede ser una oportunidad para las grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
La principal candidata a recibir estas empresas que saldrán de Londres es Frankfurt, seguida por París y Dublín, pero Barcelona y Madrid también podrían tener su oportunidad. “la calidad de vida también influye a la hora de buscar un lugar donde instalar su negocio”, asegura Carriere, “y Barcelona tiene la playa, un aeropuerto a tan solo quince minutos del centro, buenas comunicaciones con Europa y, además, es una ciudad de dimensiones humanas”. Todo ello explica, en buena parte, que la capital catalana sea la quinta ciudad europea donde más ha crecido la contratación de oficinas en los últimos 10 meses.
Las empresas podrían encontrar otro aliciente el precio de las oficinas en la capital catalana, que se sitúan a un precio promedio cercano a los diez euros mensuales por metro cuadrado, mientras que en algunas zonas de Londres pueden llegar a pagarse alquileres de hasta 82 euros por metro cuadrado.
Junto a esto Carriere asegura que “el posible traslado de compañías radicadas actualmente en Londres a Barcelona incluso podría tener consecuencias alcistas sobre todo en el mercado de la vivienda de alquiler de alto standing, puesto que estas empresas vendrían acompañadas de sus asalariados y directivos”.
“No se trata solo del ahorro en el coste de las oficinas”, asegura Carriere, “Muchos empleados podrían encontrar interesante una rebaja de sus sueldos a cambio de trasladarse a una ciudad con los precios más bajos –empezando por el propio coste de la vivienda- con lo que su poder adquisitivo podría mantenerse, con una altísima calidad de vida y donde hay una gran oferta de escuelas y centros educativos británicos de alto nivel”.