Aún es frecuente, ver a vendedores que cuando presentan el producto tienen tendencia a exagerar las virtudes del inmueble en cuestión y a ocultar sus debilidades. Este método, que inicialmente parece dar buenos resultados, a la larga perjudica al volumen de ventas. El comprador antes o después analiza con detalle el objeto de su compra y cuando ve que el vendedor a manipulado la información, pierde la confianza en el producto, el inmueble, y en el profesional de la venta. El producto perfecto casi no existe. Lo correcto es presentar todo lo positivo del inmueble, pero también informar de lo menos bueno. Posteriormente el buen vendedor, se encarga de demostrar que lo positivo compensa sobradamente a lo negativo. Finalmente es necesario que la documentación contractual de la operación, como dice el Letrado de Legal Touch, Don Santiago Saenz Pinto en este número de Inmueble, permita al consumidor conocer con sencillez, tanto la carga económica que realmente le supone el contrato celebrado, como la carga jurídica del mismo.
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