Acudir al banco en busca de financiación y que la entidad rechace nuestra solicitud. ¿La razón? Al parecer, aunque no lo supiésemos, nuestro nombre figura en un registro de morosos. Lo más probable es que sea ASNEF, la “lista negra” más conocida de España, pero podrían ser también RAI o Experian. Sea cual sea el registro en el que aparezcan nuestros datos, automáticamente se nos cerrarán las puertas del crédito bancario y los obstáculos para conseguir financiación se multiplicarán considerablemente.
Si nos encontramos en esta situación, lo primero que deberíamos plantearnos sería salir del fichero. Para ello, tenemos dos opciones: o bien saldamos la deuda que nos ha llevado a aparecer en el registro o bien dejamos que el tiempo pase y que la normativa actual, que establece que no se pueden anotar datos personales sobre la solvencia de una persona durante más de seis años, haga su efecto.
En cualquier caso, cabe la posibilidad de que estando en ASNEF necesitemos financiación. La opción de acudir a un banco queda descartada casi en su totalidad, ya que la banca no suele conceder financiación a este perfil de cliente, puesto que considera que estadísticamente tiene mayores probabilidades de que incurra en un impago. Para cubrir esa laguna comercial, durante los últimos años han surgido compañías de capital privado que conceden préstamos con ASNEF a través de Internet, señalan desde el comparador HelpMyCash.com.
Más caros y más rápidos
El precio de este tipo de créditos suele ser más elevado que el de los préstamos personales bancarios tradicionales, pero acostumbran a ser más rápidos y, en el sector de la financiación, la rapidez tiene un precio.
En el circuito alternativo del crédito se ofertan tanto préstamos de importe reducido como créditos con ASNEF más abultados. En el caso de los minicréditos que aceptan a clientes en ASNEF, su concesión suele ser muy rápida y su precio oscila alrededor de los 30 euros por cada 100 euros prestados a 30 días. Su tasa anual equivalente puede alcanzar las cuatro cifras, pero al ser créditos de bajo importe (no suelen superar los 1.000 euros) y con un plazo muy breve (aproximadamente de un mes), las cuotas son asequibles. Eso sí, este tipo de créditos rápidos están pensados únicamente para situaciones puntuales en las que se necesita liquidez con mucha celeridad y siempre previendo que podrán devolverse con el ingreso de la siguiente nómina.
Si nuestro proyecto es más ambicioso, podemos recurrir a los créditos con ASNEF de importe elevado. Son varios los prestamistas privados disponibles a través de la red que conceden préstamos de más de 1.000 euros disponibles para consumidores en ASNEF.
En cualquier caso, antes de solicitar financiación, deberíamos plantearnos si no sería más efectivo eliminar primero la deuda por la que acabamos en el registro y luego acudir a un banco o a un establecimiento privado de crédito que conceda préstamos con un tipo de interés más barato.