Los profesionales del sector inmobiliario, con independencia de quien gobierne en las ciudades, siempre pedimos lo mismo: que nos escuchen antes de tomar decisiones que afectan a nuestro sector. Esta petición no obedece a un afán de protagonismo, sino a la búsqueda del bien común. Si se toman decisiones que afectan a un sector con tanta trascendencia económica como el inmobiliario sin tener conocimientos técnico-profesionales sobre el mismo, se puede perjudicar de forma grave a la economía de las ciudades, lo que implica perjudicar a sus ciudadanos. Por lo expuesto, ahora es el momento de recordar a los nuevos gobiernos municipales que los sabios más lo son por escuchar que por hablar.
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