Los ayuntamientos de Berlín y París han intentado controlar el precio de los alquileres en sus términos municipales. El objetivo, proteger al colectivo con menores recursos ante un mercado con excedente de demanda. Naturalmente la medida intervencionista sobre el mercado no ha conseguido proteger al colectivo con menores recursos. Como explica en este número de inmueble Don Oscar Gorgues, al final se ha impuesto el orden que concede la solvencia generada por la capacidad económica del inquilino. Parece prudente que las alcaldías de nuestras grandes ciudades tomen nota antes de empezar a limitar la libertad de mercado.