Con la situación económica actual no todos los bancos están dispuestos a conceder una hipoteca. Es importante tener, además, unos ahorros para que esta sea la menor posible. Se tiene en cuenta dos factores: por un lado, el precio de compra del bien inmueble; por otro, el valor de tasación del mismo bien. Esta suma se conoce como la ratio Loan To Value o ratio préstamo-valor. Los datos actuales del Banco de España indicaban que casi el 15% de los préstamos hipotecarios que se concedieron durante el primer trimestre de 2018, estaban sujetos a esta ratio; un porcentaje similar al de finales de 2017.
Según el idealista, un banco está dispuesto a dar un 80 % de préstamo; es decir, el comprador de una vivienda debe tener un ahorro del 20% del precio de la vivienda junto con otros gastos e impuestos de la operación (en torno al 10-15 % del total) mientas que el otro lo aportará un banco a través de la concesión de una vivienda. De esta forma, en el barrio más económico de Madrid, una persona necesitaría de ahorro unos 24.000 euros para una vivienda de unos 81.000 euros.
Sin embargo, hay casos donde hay entidades que están dispuestas a pagar más: el 90, o incluso, el 100% del precio de compra. Los expertos lo califican de una forma de sanear las cuentas y equilibrar los balances. Estas hipotecas son consideradas “de alto riesgo” pues algunos expertos consideran que se acerca una nueva burbuja inmobiliaria. Para llegar a este punto, el cliente debe cumplir con una serie de requisitos básicos: domiciliar la nómina, contratar sus seguros (como el de hogar y de vida) y usar la tarjeta de débito o crédito de dicho banco. Además, para muchas entidades es un factor determinante que el prestatario tenga un trabajo que le garantice unos ingresos fiables y estables.
Otros factores que pueden tener en cuenta es que el cliente se interese por un activo adjudicado, es decir, por un inmueble del banco o que ya sea propietario de otro inmueble que haya cubierto casi o enteramente su hipoteca y que esa sea una garantía de la nueva hipoteca. Otra opción es que se complete con un préstamo personal, aunque se da para importes más bajos (50.000€) y con plazos más reducidos (no superan los 10 años), no tienen normalmente comisiones ni vinculaciones. El problema de este tipo de préstamo es que el tipo de interés es mayor que el de una hipoteca.