La realidad del parque de viviendas de España es que la mayoría suspende en eficiencia energética. Según datos del instituto para la diversificación y ahorro de la energía (IDEA), el 45% tienen una calificación energética ‘e’ y el 28%, son ‘g’. apenas el 4,3% de las casas tienen una calificación alta (a, b y c).
Los expertos señalan que a la hora de comprar o alquilar una vivienda la eficiencia energética no es un elemento decisorio. Importa lo que cuesta el piso pero no lo que gasta en energía. Las casas que obtienen las calificaciones energéticas más bajas son aquellas que no cuentan con un buen aislamiento térmico.
Según datos del Ministerio de Industria, en junio de 2014 se calificaron 645.359 inmuebles, sólo el 12,9% de los cinco millones que lo requerían.
Si la vivienda obtiene una calificación energética baja, lo que puede hacer el propietario es aislarla y sustituir las ventanas, es lo más rentable. entre el 15% y el 35% del calor de la calefacción se escapa por las ventanas. También es importante cambiar la caldera si es antigua por una de condensación, pues es la más eficiente del mercado.