Del árbol caído todos hacen leña. Frase popular que podría aplicarse directamente al sector inmobiliario. En un momento en el que necesita recuperar un ritmo mínimo de actividad, nos encontramos que la Administración ha olvidado este sector para establecer alguna medida que le permitiera seguir generando actividad y, evitar mas pérdidas de puestos de trabajo y cuando lo tiene en cuenta, es para reducir los pocos incentivos que podían existir, como la desgravación pro-compra de una vivienda.
Plantear que tan solo se reduce la desgravación para las economías con ingresos mas altos, es una cortina de humo. Me cuesta imaginar una familia con unos ingresos de 17.707.20 €, que pueda dedicar 9.040 € para la adquisición de una vivienda. Sobretodo porque, al ver estas cifras que establecen como pautas de desgravación, me surgen dos preguntas. La primera, ¿alguna entidad financiara una compra de un piso con estos ingresos y en segundo lugar, si así fuera (y en mucho creer), ¿esta familia podría dedicar mas de la mitad de sus ingresos al pago de la hipoteca?. Una vez mas la realidad de las familias va por un lado y las políticas económicas por otro.
Joan M. Bermúdez i Prieto
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