A la banca tradicional le ha salido un competidor. Las empresas de créditos rápidos especializadas en la concesión de préstamos personales a través de Internet, que han ido ganando terreno durante la crisis, han sabido dar respuesta a un segmento de la población que durante los últimos años ha visto como su acceso al circuito oficial del crédito se dificultaba. Pero su valor añadido no ha sido únicamente dar financiación a quien no podía conseguirla en su banco de toda la vida, sino responder también a dos necesidades que hasta ahora no estaban cubiertas: velocidad y agilidad. Gracias a este tipo de empresas, ahora es posible solicitar un préstamo a través de Internet, sin acudir a una oficina, y disponer del dinero en muy poco rato, incluso en minutos u horas, señalan desde el comparador HelpMyCash.com.
Ante la ola de empresas de créditos rápidos, la banca ha empezado a reaccionar. Según publicaba Europa Press recientemente, Banco Sabadell empezará a ofrecer préstamos de hasta 18.000 euros en tan solo 48 horas, instrumentados a través del Préstamo Expansión. La novedad radica en la velocidad: la entidad responderá a las solicitudes en 24 horas y abonará el dinero en 24 horas más.
Pero la entidad presidida por Josep Oliu no es la primera que apuesta por este tipo de financiación que prima la velocidad. Hasta hace unas semanas, CaixaBank ofrecía a algunos de sus clientes la posibilidad de solicitar un crédito instantáneo a partir de 300 euros a través de Línea Abierta. No requería papeleo, el abono en cuenta era inmediato y la solicitud, totalmente online.
Laboral Kutxa, por su parte, ofrece el llamado Crédito Dispón que permite a sus clientes conseguir un préstamo sin explicaciones ni papeleos para cualquier finalidad desde 500 euros a devolver en un máximo de 5 años. El cliente puede conseguir el dinero las 24 horas del día a través del cajero, las oficinas de la entidad, la banca online, la banca móvil y la banca telefónica.
Rápidos… pero solo para clientes
La desventaja que presentan los créditos de abono inmediato de los bancos o, incluso, otras formas de financiación también muy rápidas, como los créditos preconcedidos, los descubiertos autorizados o los anticipos de nómina que algunos bancos ofrecen a sus clientes, es que son ventajas exclusivas para aquellas personas que ya son clientes de la entidad. Por el contrario, los créditos rápidos de los establecimientos privados son accesibles para cualquiera y no requieren la apertura previa de una cuenta ni exigen una antigüedad mínima en la entidad, algo que los hace más atractivos.
Se pueden encontrar créditos rápidos para particulares y para empresas, de bajo importe y de importe elevado, y también con plazos muy diversos. Sin embargo, los préstamos rápidos que mayor popularidad han alcanzado durante los últimos años han sido los minicréditos online que permiten conseguir hasta 900 euros en pocos minutos a través de Internet. A pesar de que se les acusa con frecuencia de ser demasiado caros, lo cierto es que no se pueden comparar con los préstamos de toda la vida, ya que el servicio que ofrecen es distinto: dinero en tu cuenta de forma muy rápida. Y la velocidad se paga. Además, al ser de bajo importe y a muy corto plazo, las cuotas son asequibles.
Las ofertas llegan a los minicréditos
Descuentos de hasta el 50 %, sorteos o incluso préstamos totalmente gratis. Las promociones han invadido el sector de los minicréditos. Vivus ofrece a sus nuevos clientes hasta 300 euros a devolver en un máximo de 30 días completamente gratis, sin comisiones ni intereses. Es decir, el cliente solicita 300 euros y devuelve exactamente la misma cantidad.
Twinero, otra de las compañías de referencia en el sector, ofrece descuentos de hasta el 25 % en sus minicréditos, pero esta vez para sus clientes actuales. A medida que se van devolviendo los minicréditos, el cliente tiene un descuento mayor en el siguiente.
Otras compañías, como Creditomovil, que permite conseguir hasta 700 euros a devolver en 45 días (300 euros para los nuevos clientes), suelen ir lanzando promociones puntuales que, si se aprovechan, pueden abaratar considerablemente el coste del préstamo.