El estallido de la burbuja inmobiliaria supuso un varapalo para el empleo del sector, incluso para el que se desarrolla por cuenta propia. Tanto es así que la construcción se ha convertido en la rama económica que ha perdido más autónomos a lo largo de los últimos cinco años en España.
Según la Organización de Profesionales, Autónomos y Emprendedores (OPA), un total de 59.280 autoempleados vinculados al ladrillo han abandonado su actividad entre diciembre de 2010 y el mismo mes de 2015. Esto significa que el sector ha sufrido una fuga media de más de 11.000 autónomos cada año.
Se trata del peor dato de todos los sectores económicos. Tanto es así que la pérdida de autónomos ligados a la construcción que incluso supera a la suma del resto de ramas que está en negativo. En el sector primario (agricultura, pesca, ganadería…), por ejemplo, hoy existen unos 12.700 trabajadores por cuenta propia menos que hace cinco años.
En el transporte y el almacenamiento, la fuga ha sido de algo menos de 10.600 personas e inferior a 10.000 en el caso de la industria manufacturera. Los servicios sociales y las industrias extractivas también han perdido autónomos desde 2010, aunque en conjunto la pérdida ni siquiera al millar. Por tanto, de los 95.500 autónomos que se han perdido en estos sectores, el 62% estaba vinculado a la construcción.
No obstante, tan solo siete ramas de actividad mantienen un saldo negativo en lo que a número de autónomos se refiere, mientras que 14 han logrado sumar autoempleados.