La crisis provocada por la COVID-19 está arrasando en todos los sectores y provocando grandes pérdidas y una situación económica dramática. El sector de la inversión y movimiento de capitales no queda exento y también se vio paralizado en la época más profunda de la tormenta, entre marzo y mayo de este año.
Sin embargo, España en general y sobre todo sus dos grandes ciudades, Madrid y Barcelona, continúan siendo dos polos de atracción e interés para empresas y capitales extranjeros que han reactivado iniciativas de aterrizaje en el país, sobre todo por la calidad de vida, un valor que cotiza en época de pandemia.
Muchas empresas de fuera venían ya considerando más fácil encontrar y retener talento en España ya que cuenta con ciertos beneficios en lo que respecta a la contratación de buenos perfiles internacionales, profesionales altamente calificados, habilidades informáticas, millenials y profesionales de la generación Z: calidad de vida, sol, mar, cultura y gastronomía, entre otros. Dicha tendencia no ha variado y prevemos que vaya al alza cada vez más.
En estas circunstancias, se prevé que en los próximos meses se produzca una reactivación importante en cuanto al movimiento de empresas que vendrán a España y también la inversión en el sector inmobiliario. Se ha de tener en cuenta que, pese a la crisis, el sector empresarial no ha frenado puesto que está acostumbrado a lidiar con situaciones de crisis que por motivos muy diversos cada vez se están sucediendo con más rapidez.
En este contexto, muchas de las empresas y profesionales extranjeros que aterrizan en España invierten en real estate, ya sea en términos corporativos o personales; compra de vivienda habitual, oficinas, segundas residencias… Aquí los precios siguen siendo razonables, hay oportunidades de inversión en el sector inmobiliario, seguridad, clima y calidad de vida, características que nos permiten ser más optimistas en cuanto a la recuperación que está por venir.