El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que el severo ajuste de precios en Dinamarca, Irlanda, Reino Unido, Países Bajos y España, que en todos los casos ha superado el 25%, está llegando a su fin. En un informe sobre el mercado de la vivienda en estos países -todos ellos, que en menor o mayor medida han padecido una burbuja inmobiliaria durante los últimos años-, el organismo presidido por Christine Lagarde subraya que «las evaluaciones sugieren que los precios de la vivienda pueden haber alcanzado o estar a punto de llegar a su suelo en estos países». El FMI advierte, sin embargo, de que la evolución de los precios «es desigual entre los países» y que aún existen riesgos que revisten de incertidumbre estas previsiones.
De hecho, en el informe el FMI establece diferencias entre Países Bajos, donde el importe de los inmuebles ya se ha estabilizado, y Dinamarca e Irlanda, donde ya se encuentran en crecimiento. El impacto de la crisis económica, recuerda, fue más intenso en Irlanda y España, «países en los que el exceso de construcción» durante el «boom» de mediados del 2000 «condujo a mayores descensos de precios en la vivienda, un incremento más acentuado del desempleo, y mayores retrocesos en la actividad de la construcción».
La gravedad de la situación en ambos países dio lugar, asimismo, a «un aumento mayor» de la morosidad, «especialmente en los préstamos a las empresas constructoras». Todo ello, unido al elevado desempleo, les ha dejado con «una deuda del sector privado que lastra el crecimiento».
El FMI reconoce que «los cuatro países han adoptado medidas importantes para facilitar la recuperación» del sector inmobiliario, si bien nuevas propuestas adicionales «podrían ayudar a continuar y acelerar el proceso». En este sentido, recomienda profundizar en las modificaciones de la ley hipotecaria para facilitar la renegociación de las deudas y evitar que una vez liquidado su patrimonio el deudor conserve aún pasivo pendiente.
El marco normativo español actual «solo ofrece a los deudores hipotecarios una descarga parcial (20 a 35%) después de haber pagado una parte considerable de la deuda restante (el 80% o 65%) en un plazo relativamente largo (5 o 10 años)», añade el organismo, que solicita a nuestro país que adopte medidas como las recomendadas por la Comisión Europea en marzo de 2014, en las que el Ejecutivo comunitario propone el sistema «fresh start» (dación en pago) «después de un período de pago de tres años». El FMI reconoce que esta fórmula está ideada para las sociedades empresariales de nueva creación, pero señala que también es válida para los particulares.