La única solución que se aplica al estado económico que vivimos es el permanente llamamiento a la austeridad.
Sin embargo, no se ha logrado aumentar la confianza de los que parecen ser los “amos del mundo”, los mercados, que actualmente han reemplazado a los gobernantes, encontrándonos con un crecimiento de nuevo estancado, mientras el paro sigue aumentando, con parados de larga duración, muchos de ellos de muy difícil, por no decir imposible, retorno al mercado laboral.
La verdadera preocupación de los empresarios es la falta de crédito y mercado de negocio, pero la Banca se ha distanciado del riesgo del crédito como si se hubiese consumido y agotado en el sector inmobiliario.
Hemos conocido cifras de que el valor de los activos atascados en los balances del sistema financiero español asciende a unos 70.000 mil millones de euros con datos al cierre en el mes de junio y un saldo total de morosidad que en agosto se situó en 127.737 millones de euros (se estima que puede terminar este año por encima del 9%).La cifra de créditos concedidos al sector, asciende a 400.000 millones de euros, cifra que representa el doble de todos los fondos propios de bancos y cajas. Este parece sin duda, el gran problema estructural de la banca española, activos tóxicos ( fundamentalmente de suelo) que deberían eliminarse recapitalizando el sistema. Sin embargo, los bancos se niegan aceptar las perdidas latentes asociadas al sector, lo que provoca que no se logre la reactivación económica.
Incremento del ratio de morosidad que coincide con una disminución significativa del saldo total de créditos, estimándose una evolución y comportamiento todavía más negativo a futuro en la concesión crediticia.
Los responsables de las entidades financieras en España justifican este descenso por la ralentización de la demanda crediticia de calidad, es decir, con capacidad de devolver los préstamos concedidos.
Sin embargo, la impresión del ajeno observador es que parecen dedicar una gran parte de su actividad en justificar y resolver, cuando no aparentar, su solvencia.
Paul Krugman insiste en que la economía necesita una ayuda real ahora y no hipotéticas compensaciones dentro de una década, lo que se requiere es de un importante impulso para poner la economía en movimiento.
Economía en movimiento que evitaría avanzar en la economía de la depresión hasta tocar fondo, con la instauración expansiva del estancamiento y detención del proceso productivo.
Precipitación de caída de la economía donde precisamente se forman los elementos que permiten pasar a la fase de recuperación y comenzar la fase ascendente del ciclo económico.
La Banca debe jugar un papel crucial y determinante en este momento, sosteniendo y evitando la caída, poniendo el dinero en circulación, reabriendo y posibilitando el crédito que dinamice la economía con la prudencia que impone el mensaje de la bajada de la cima.
Autor: José Domingo Monforte.
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