La llegada de la primavera parece influir en el legislador. Desde el Parlamento y las distintas jerarquías de la Administración se percibe un incremento de la creación de nuevas normativas que de forma directa o indirecta influyen en el sector inmobiliario. Sirva de ejemplo, entre otros muchos, la actividad del Ayuntamiento de Madrid. Repentinamente ha hecho brotar una norma que exige puerta independiente de entrada desde la calle a las viviendas que se alquilan para uso turístico. Obviamente esta norma, será difícil o imposible de cumplir en la mayoría de edificios. La facturación por este tipo de alquiler inmobiliario caerá bruscamente en Madrid y una parte de la demanda quedará sin oferta. Hubiera sido conveniente antes de legislar, pensar en estos efectos y tener a punto una alternativa, que impidiera el decremento en la facturación y la frustración de los demandantes de estos servicios. Pero ya se sabe, nuestros legisladores, en sus diferentes niveles, son tan incontrolables y exuberantes como la primavera.
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