Hemos comido con un grupo de financieros bajo un pinar que a duras penas podía mantener la sombra sobre nuestra mesa. El calor amenazante del sol veraniego nos ha castigado sin piedad, como la crisis que soportamos. Comentamos, que en principio nadie puede discutir que factores como la reducción de la inflación o la bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, en pura lógica deben hacer crecer la demanda, al provocar que las familias en general, dispongan de rentas más elevadas. Pero de momento este crecimiento no se produce, porque la gran mayoría de ciudadanos, de potenciales compradores, tienen la sensación de que los precios seguirán bajando. Esta convicción extendida en amplias capas sociales, actúa como un muro de contención de la demanda casi infranqueable .
Es fácil de entender, salvando las distancias, decía un comensal y ex ministro. Piensen lo que sucede cuando la población tiene conocimiento de que un determinado producto sufrirá un incremento de precio .Inevitablemente el consumo se acelera de forma irrefrenable. Esto mismo, pero en sentido inverso, sucede en este momento. Y a pesar de que hay muchos inmuebles que teóricamente ya no pueden bajar más, lo cierto es que los estudios de expertos relevantes como los del BBVA, auguran que los precios de la vivienda, por ejemplo, continuaran bajando, llegando a la conclusión de que en el horizonte de 2012 los pisos serán un 30% más baratos.
Qué importante sería que el gobierno permitiera que los empresarios y profesionales de nuestro sector participarán en la toma de decisiones anti crisis, al menos que los escucharan, aún de forma desordenada, pero que los escucharan.
Ahora el pinar parece más efectivo en su lucha contra el sol. Las nubes han aparecido en su ayuda, de forma desordenada y empujadas por la brisa .
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