AUTOR: Antonio Velázquez, director en Velázquez de Soto
EN BREVE:
Para nadie es ya ajeno que la crisis provocada por el COVID-19 golpeó en sus primeras olas con fuerza a los comercios, que se vieron obligados a limitar sus horarios de apertura e incluso a tener que practicar cierres totales por imperativo normativo. Igualmente en el inicio de la pandemia se limitó de manera drástica el movimiento de personas, ya que; municipios provincias, comunidades autónomas y fronteras nacionales echaban el cerrojo.
DESTACADOS:
- es más que evidente afirmar que la pandemia ha producido una reducción drástica de los beneficios de estos arrendatarios
- están fallando en que ningún perjuicio que se produzca para el arrendatario debe ser totalmente asumido por el arrendador
- En cambio el arrendador se limita a alquilar el local, fijando una renta mínima precisamente para abstraerse de los vaivenes propios de la explotación industrial
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