Esto de dedicarse a la intermediación inmobiliaria es terrible, cada vez es más peligroso. Lo decía un profesional del sector en una tertulia espontanea durante el aperitivo que precedía a la entrega de unos premios de promoción inmobiliaria. Lo cierto, es que no sabemos si realmente es terrible ser profesional de la intermediación inmobiliaria, probablemente no, pero si que es cierto que a estos profesionales cada vez se les exigen más responsabilidades. Concretamente, ya se ha publicado alguna sentencia que atribuye responsabilidades a profesionales de la intermediación por no facilitar suficiente información al cliente sobre las características de la operación inmobiliaria en cuestión. Sí, tenía razón el contertulio del aperitivo, cuando explicaba que encima, muchos de los profesionales de esta actividad, tienen que escuchar impertérritos, como muchas veces se dice de ellos que cobran por ver lo que otros hacen. Pero bueno, si sirve de consuelo, hay tantos profesionales incomprendidos, si no que se lo digan a los psiquiatras, a los cuales muchos de los que se dedican a esta actividad tendrán que acudir, salvo que entre todos, (nos referimos a los profesionales que son los que saben) establezcan instrumentos que permitan ejercer esta profesión con mayor seguridad y efectividad. Que nadie se permita olvidar que detrás de toda operación inmobiliaria exitosa, hay siempre profesionales de la venta, que al final, son los que concretan el beneficio enamorando al producto y al cliente. ¿Les parece poco?.
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