Finalizado el verano debemos detenernos en un fenómeno que en los últimos tiempos vuelve a aparecer, sobre todo cuando se hace balance de la temporada, como es la aparente confrontación entre el sector turístico hotelero y el sector inmobiliario.
Cree el sector turístico-hotelero que la construcción de viviendas en costa, la llamada vivienda vacacional, les resta inversión y clientes e incluso quieren solicitar la paralización de proyectos de urbanizaciones ya en marcha Ambos no deben olvidar que son servicios complementarios. Llegando incluso a afirmar que resta competitividad a las economías de las comunidades autónomas afectadas
Los servicios hoteleros deben optar por una buena rehabilitación de edificios ya que la mayoría de ellos se construyeron en los años 70 y atraer a un buen cliente quien, probablemente repetirá sus vacaciones en nuestra costa el año siguiente, y quien sabe si en un futuro adquirirá una vivienda para no solo pasar sus vacaciones estivales, sino también para residir habitualmente.
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