El Profesor Bermúdez, miembro del Consejo de Redacción de esta publicación y uno de los más prestigiosos estudiosos nacionales sobre el mercado inmobiliario europeo, ha dicho en muchas ocasiones y ante diferentes gobernantes y empresarios, que los ecologistas han sido y son necesarios para advertirnos de donde nos pueden llevar algunas conductas inmobiliarias excesivamente mercantilistas
Son muchos, los promotores que aún no diciéndolo en alto, coinciden con las palabras del prestigioso Profesor de ISDE, pero también son muchos los que no pueden entender la guerra que ciertas organizaciones ecologistas han declarado a los campos de golf. Se puede entender la oposición a su ubicación en ciertos casos, pero no de forma generalizada, como si el césped y los árboles ordenados y cuidados fueran nefastos por naturaleza.
En España, a pesar de la presión de ciertos grupos, en el año 2010, se sumarán a los 290 campos de golf existentes en la actualidad, otros 150 proyectos previstos, que han sido autorizados por organismos cuyos componentes han sido elegidos democráticamente por los ciudadanos.
La razón se impone, y es que a casi nadie le importa vivir o veranear al lado de un campo de golf. Cualquier promoción se revaloriza si un campo de golf se aproxima.
Sin ir más lejos, estas líneas se escriben después de asistir a una concentración contra la ampliación de un campo de golf. Ahora, después de gritar las máximas de la manifestación, los participantes descansan con bebidas burbujeantes entre sus manos en las mesas de la terraza del club de golf, en compañía del sonido de los pájaros y soportando, eso si , el pesado y monótono sonido del riego automático de agua reciclada
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