El mercado inmobiliario en España está en una situación de distorsión. Por un lado, se venden menos inmuebles por, entre otros motivos, las dificultades existentes en conseguir el crédito necesario. Por otro lado, se incrementa la oferta porque los bancos y cajas de ahorros están llevando a cabo políticas activas para intentar eliminar gran parte de su stock de inmuebles.
En este escenario, lo lógico sería que dichos bancos y cajas ofertaran los inmuebles a precios notablemente más bajos con la finalidad de incentivar su venta. A pesar de los descuentos que ofrecen los bancos y cajas, el precio final todavía es muy elevado en muchos casos debido a que el incremento de precios que se produjo durante el periodo de crecimiento de la “burbuja inmobiliaria” fue tan elevado que no queda compensado por los descuentos que ahora se ofrecen.
En conclusión, la reducción de ventas no se ha visto acompañada, con carácter general, de una reducción proporcional de precios, y quienes se ven muy afectados por la distorsión del mercado son, entre otros, los particulares y los pequeños propietarios que tienen menos margen de maniobra a la hora de vender sus inmuebles.
Joaquim Botanch Albó
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