La consultora inmobiliaria RtV Grupo Inmobiliario explica que el sistema de explotación de alquiler vacacional es más rentable que el alquiler tradicional e implica mayor presión económica. No obstante, supone mayores costes y la ocupación de espacios destinados a residencia permanente
El crecimiento del sector turístico y los cambios en los patrones de comportamiento han hecho surgir nuevas formas de alojamiento, una nueva oferta que ocupa espacios hasta ahora asociados exclusivamente a la residencia permanente: las viviendas vacacionales o de uso turístico. Se trata de una tipología que era propia de destinos de sol y playa y muy estacional, y que se ha extendido en los últimos años a determinadas áreas urbanas y a las grandes ciudades.
Desde RtV Grupo Inmobiliario han analizado los pros y los contras de lo que supone la proliferación de las nuevas formas de alojamiento vacacional, evaluando el mercado inmobiliario actual de cara a futuro.
Como ventajas, cabe destacar las siguientes:
- El sistema de explotación de alquiler vacacional es más rentable que el alquiler tradicional, ello conlleva presión económica al cambio de modelo, que se está dando especialmente en las grandes ciudades (donde hay mucha demanda turística) y en las zonas turísticas; y se apoya en las nuevas formas de comercialización por internet (Airbnb, La Comunity, etc…).
- El incremento de demanda de este alquiler vacacional ha conllevado la proliferación de una oferta muy variada de soluciones que intentan atraer a parte de la población estacional, flotante y temporal (alquiler de viviendas turísticas, alquiler de habitaciones, aparthotel…).
- La vivienda vacacional no es especulativa y durante la última crisis ha reactivado el mercado del suelo. Además, hay también una demanda de mejora de vivienda vacacional que no se daba en los años de crisis, lo cual entronca en que hay una cuantía importante de ahorro previo con capacidad para invertir, además de mayor liquidez del mercado financiero.
- En el mismo sentido, la demanda de extranjeros no residentes al nuevo mercado de vivienda vacacional ha aumentado de manera considerable. Son muchos los que en zonas turísticas han comprado viviendas para uso propio y después lo explotan arrendándolos turísticamente a compatriotas (o no) aprovechando las nuevas formas de comercialización surgidas en estos últimos años. Y lo hacen tanto alquilando la vivienda íntegra como en arrendamiento parcial (alquiler de habitaciones).
Y como inconvenientes:
- El alquiler vacacional da más trabajo y, por tanto, mayores costes (si bien globalmente es más rentable que el tradicional).
- Ocupa espacios destinados a residencia permanente, con el perjuicio que ello conlleva en aquellas zonas donde la presión turística es elevada. Ejemplos claros los terrenos en ciudades como Barcelona y/o las Islas Baleares donde la demanda vacacional incrementa el precio del alquiler tradicional y genera problemas de acceso a la vivienda a los residentes.
- Otro inconveniente son los problemas de convivencia que genera el turismo con los residentes cuando su presencia es masiva y su comportamiento mejorable (Venecia, algunas zonas de Barcelona como el caso de la Barceloneta…). En estos casos, es necesario regularlo para evitar comportamientos abusivos.
- Otro problema es la masificación de entornos naturales o de lugares singulares con cierto atractivo. La solución está en encontrar el punto de equilibro y tomar medidas que garanticen su preservación.
A modo de conclusión respecto a la vivienda vacacional, no se puede olvidar los ingresos y la riqueza que promueven y los puestos de trabajo que crean. Por eso es aconsejable encontrar un compromiso que haga compatible el crecimiento del sector y la preservación de los espacios. Y se debe regular de tal manera que nos permita un crecimiento ordenado y equilibrado en beneficio de todos.