Aunque la construcción de vivienda nueva está repuntando, la reforma gana enteros en un parque inmobiliario que envejece a un ritmo del 2% anual tras el pinchazo de la burbuja. Así, si bien antes de la crisis se practicaba un mantenimiento del hogar basado en arreglos que las propias familias hacían por si mismas, diez años después el Do It Yourself (DIY) pierde terreno ante la necesidad de afrontar mejoras de más envergadura. De hecho, el DIY en la vivienda redujo un 24,2% su volumen de negocio en la última década, hasta mover 1.034 millones de euros anuales en 2016, según datos del INE recogidos por la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (ANDIMAC).
De esta forma, Andimac -que representa al comercio especializado en soluciones para la reforma, el mantenimiento y la construcción de viviendas y edificios- revela cómo el gasto por hogar en materiales destinados al “hazlo tú mismo” pasó de más de 84 euros anuales en 2006 a poco más de 56 en 2016, poniendo de manifiesto que en reformas de cierto alcance como puede ser el baño o la cocina no basta con cubrir arreglos estéticos, sino que es necesario técnicas constructivas más profesionales.
Ciertamente, teniendo en cuenta que el baño y la cocina son las estancias de la casa donde más reformas se acometen -en concreto, casi la mitad de los hogares españoles (48%) realizó algún tipo de reparación o recambio en el baño el año pasado y cuatro de cada diez en la cocina- no es de extrañar que sólo en el último ejercicio el DIY se haya dejado un 1% de su facturación.
Cuadro 1. Evolución del DIY en los últimos diez años
*miles de euros
** euros
Fuente: Andimac a partir de datos del INE
Para Andimac, dado que el 75% de los que practican DIY son amateurs sin experiencia en reformas, el hecho de que se haya reducido el gasto por hogar en estos materiales más de un 33% desde 2006 implica, en cierta medida, que la cultura de lo estético y lo barato, surgida al calor del boom inmobiliario y que contaminó toda la cadena de valor menospreciando al profesional, está poco a poco dando un giro.
Según el secretario general de Andimac, Sebastián Molinero, “la creencia de que una reforma saldrá más barata si evitamos intermediarios es falsa porque no se está contando el tiempo y las complicaciones que nos vamos a ahorrar si recurrimos a un profesional especializado que tiene en cuenta todos esos detalles que a los amateurs se les escapan y que se traducen en costes ocultos que incrementan el precio. En cambio, un profesional debe ofrecer y debemos exigir asesoramiento experto, un presupuesto cerrado y compromiso de tiempos de finalización”.