Es obvio que el sector inmobiliario está necesitado de decisiones que favorezcan su recuperación y equilibrio. Pese a quien pese, es un sector muy importante en nuestra economía, en el que, si bien es cierto que en los últimos años han intervenido agentes advenedizos contaminantes del mismo, también lo es que hay grandes profesionales y empresarios honrados.
El sector inmobiliario, y los especialmente vinculados con el mismo, como cualesquiera otros, pueden recibir ayudas y soportar ciertas limitaciones y cambios de sus reglas internas, que en su medida pueden ser beneficiosas para tratar de ayudar a recuperar al sector en cuestión. Pero estas medidas excepcionales no pueden sobrepasar límites que impliquen destrucción de la seguridad jurídica o cambio de reglas a mitad de partido, ya que, de suceder así, el remedio se convierte en virus letal para el desarrollo natural del mercado, desarrollo que, a la larga, siempre tiende al equilibrio entre diferentes intereses.
No olvidemos lo dicho por Montesquieu: “Una cosa no es justa por el hecho de ser ley, Debe ser ley porque es justa “
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