Históricamente las subastas no tenían muy buena fama en nuestro país. En gran medida debido a las actuaciones de los llamados subasteros. Éstos tenían un amplio conocimiento de los objetos de la subasta y de las circunstancias que los rodeaban.
Este conocimiento lo adquirían gracias al tiempo dedicado a indagar todo o casi todo sobre los bienes subastados.
La consecuencia de este gran control por parte de los llamados subasteros implicaba que para el resto de los ciudadanos era casi imposible pujar en igualdad de condiciones. Ahora, con la subasta electrónica se pretende abrir vías nuevas para que todos podamos acceder a las subastas en igualdad de condiciones. Si se consigue este objetivo se abre un nuevo horizonte de oportunidades para la adquisición de inmuebles.
Un nuevo horizonte que todos los profesionales del sector debemos explorar, no solo por el deber de ser curiosos para mejorar, sino que también, para mejorar la rentabilidad de nuestra actividad.
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