Los créditos rápidos de bajo importe han ido ganando popularidad durante los últimos años hasta convertirse en una alternativa para todos aquellos que necesitan financiación de manera urgente. Pero también se han convertido en una de las opciones más caras para conseguir liquidez, con unos tipos de interés que superan con creces los de las tarjetas de crédito y los de los préstamos personales. ¿Significa eso que son una mala opción de financiación? Si bien es cierto que su fama no invita a solicitarlos y que a menudo suelen catalogarse como productos que rozan la usura, los minicréditos pueden resultar una solución eficiente para solventar problemas de liquidez puntuales que difícilmente podrían afrontarse de otra manera. En cualquier caso, antes de solicitar minicréditos deberíamos hacernos cinco preguntas para averiguar si realmente son el producto que nos conviene.
1- ¿Es un gasto urgente y necesario o se puede posponer?
Los créditos rápidos están pensados para solventar situaciones puntuales en las que se requiere un extra de liquidez de forma muy urgente y que, lógicamente, no se dispone de él. Los motivos pueden ser muy distintos, desde necesitar dinero para pagar la reparación de una avería hasta evitar un descubierto en la cuenta o pagar un recibo que puntualmente se ha disparado para evitar males mayores. Si nos encontramos en una de estas situaciones, en las que la velocidad para conseguir el dinero es crucial, el motivo es puntual y el pago no se puede posponer, los créditos rápidos pueden ser una opción a tener en cuenta. Por el contrario, si se trata de algo prescindible o cuya solución puede postergarse en el tiempo, sería mejor plantearse ahorrar o solicitar otro producto de financiación más barato.
2- ¿Voy a requerir financiación recurrentemente?
Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, entonces un minicrédito no es la solución. Vivir a crédito no es conveniente y mucho menos cuando el tipo de interés que hay que satisfacer puede superar el 1 % diario. Si se necesita financiación a largo plazo o un importe elevado, mejor recurrir a las tarjetas de crédito, a los préstamos personales o a las nuevas soluciones de financiación alternativa como el P2P lending.
3- ¿Es una buena idea solicitar un minipréstamo para devolver otro?
Negativo. Si no podemos devolver el importe de un minicrédito que ya hemos solicitado, pedir uno nuevo no solucionará la situación, ya que una vez vencido el plazo de devolución, lo más probable es que vuelva a repetirse el impago. Al fin y al cabo, si no hemos tenido dinero para devolver el primer micropréstamo, mucho tendría que cambiar nuestra situación para disponer de ese dinero al mes siguiente y devolver con normalidad el nuevo crédito. Si no podemos devolver un minipréstamo, lo mejor es negociar con la entidad una prórroga y no sobreendeudarse.
4- ¿Tengo ingresos suficientes para hacer frente a la cuota?
Antes de solicitar un minicrédito debemos valorar si tendremos el capital suficiente para satisfacer la cuota de devolución. El plazo de amortización de los minicréditos no suele superar los 30 días, por lo que no hay mucho tiempo para conseguir el dinero. Lo ideal es programar el pago de la cuota unos días después de la entrada de la nómina.
5- ¿Existen otras opciones más baratas a mi alcance?
Los minicréditos, aunque útiles, son caros. Otros productos crediticos como las tarjetas pueden resultar más baratos. Si utilizamos nuestra tarjeta para financiarnos y realizamos un traspaso de la línea de crédito a la cuenta o sacamos dinero en un cajero, además del tipo de interés tendremos que contar con el coste de la comisión que nos aplicará la entidad. Otra opción son los préstamos nómina o solicitarle un anticipo a nuestra empresa.