Por Estamos Seguros www.estamos-seguros.es
En breve: En la noche del 17 de abril de 1815, en la madrileña Puerta del Sol, se declaró un incendio. Lo cuenta Mesonero Romanos en sus Memorias de un sesentón. Las casas situadas justo enfrente de la casa de Correos comenzaron a arder y, muy pronto, el fuego se extendió y se hizo enormemente virulento. En aquellos tiempos, en Madrid no había cuerpo de bomberos. Lo que pasaba tras un incendio es que las parroquias cercanas tocaban sus campanas, llamando a la gente a colaborar en la extinción del fuego (aunque algunos a lo que se dedicaban era al pillaje). La parroquia que escuchaba las campanas tañía las suyas, para extender el aviso; pero este sistema tenía el problema de que, pasados unos minutos, por toda la ciudad se oían campanas, pero era muy difícil saber dónde exactamente estaba el fuego. De ahí, por cierto, viene la expresión “oír campanas y no saber dónde”. A pesar de que las autoridades exigieron a los aguadores, a los carpinteros y, finalmente, incluso obligaron a los transeúntes a implicarse en las labores de sofoco del incendio, éste se extendió tan violentamente que, finalmente, los habitantes de las casas acabaron tirando sus muebles por las ventanas para que cuando menos éstos no ardiesen (otra expresión: “salvar los muebles”); y, después, se arrojaron ellos mismos.
El incendio de 1815 fue tan violento y causó tantos daños, para colmo en el mismo centro de la ciudad, que convenció a muchos ciudadanos de que había que hacer algo. Ese algo fue la creación de una mutua de seguros.
Sumario:
- Introducción
- Los incendios
- La magnitud del daño: el incendio medio
- La probabilidad de que ocurra un incendio
- La magnitud de los incendios
INTRODUCCIÓN
Esta anécdota histórica es la mejor demostración del antiguo y continuado compromiso del seguro con los incendios. En los barrios más antiguos de las ciudades de España pueden verse todavía hoy muchos portales en los que figura la advertencia “Asegurada de incendios” que, durante mucho tiempo, distinguió ante los ojos de los compradores e inquilinos la calidad de una vivienda que estaba financieramente protegida ante el riesgo del fuego.
Conforme el seguro se ha ido sofisticando y profesionalizando, el incendio, que era su cobertura patrimonial primera y fundamental, ha ido lógicamente perdiendo importancia. Pero en modo alguno ha desaparecido.
Los datos a disposición de las aseguradoras indican que el coste anual de los incendios asegurados no es inferior a los 525 millones de euros; o, si se prefiere, el seguro abona cada día una factura por incendios que ronda el millón y medio de euros.
LOS INCENDIOS
Aunque existe el seguro puro de incendios (ése que aparecía en los portales de las casas de viviendas decimonónicas), en realidad suscribir un seguro solo de incendios es ya bastante poco frecuente. La mayoría de las veces, la protección contra el fuego se contrata en seguros más amplios, que engloban varias coberturas a la vez; por lo general, son los llamados contratos multirriesgo.
La información de la base de datos sugiere claramente que una parte fundamental de los incendios asegurados se produce en el marco del seguro multirriesgo del hogar, ya que éste supone casi el 72% de los sucesos que recoge la base. A continuación, le siguen los eventos ocurridos en comunidades de vecinos, algo más de un 11%; y los ocurridos en comercios e industrias.
La distribución varía bastante cuando lo que se analiza es el daño que genera cada incendio. Los incidentes en el hogar pierden peso, porque suelen implicar daños menores; mientras que los incendios industriales ganan importancia porque unitariamente resultan más costosos. Estos cambios, en todo caso, no evitan que la mitad de los costes de la base de datos se concentre en incendios producidos en viviendas.
Desde el punto de vista territorial, la provincia que acumula un mayor número de incendios en la base de datos es Vizcaya (un 13% de los registrados); porcentaje que es prácticamente el mismo en Barcelona y algo menor (9%) en Madrid. Cuando la clasificación se realiza tomando como punto de partida el coste del incendio, Barcelona aparece como la provincia que va en cabeza (14% de los costes acumulados), seguida de Madrid (12%). Las dos ciudades autónomas y las provincias de Soria, Teruel y Ávila son las que están en el otro lado de la tabla.
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