La figura del Personal Shopper, muy recurrente en el campo de la moda, ha aterrizado en el ámbito inmobiliario. Se trata de un asesor profesional que presta un servicio personalizado a potenciales compradores de viviendas desde la búsqueda hasta la misma firma del contrato.
• El personal shopper inmobiliario se dedica al trato directo y personalizado con cada cliente: conoce cada una de sus necesidades y exigencias y sólo le ofrecerá aquellas viviendas que más se ajusten a sus requisitos ( renta , zona , etc)
• Incluso, una vez seleccionada la vivienda a comprar, continúa la labor del personal shopper hasta que el cliente adquiere el producto: debe apoyar la labor de tramitación de la financiación y de la firma de escritura de compraventa.
El contexto económico, los cambios del sector y la revolución de las nuevas tecnologías impulsan un nuevo modelo de relación entre la empresa y el cliente.
El personal shopper se ha convertido en una figura indispensable para muchos sectores de la sociedad, sobre todo por el ahorro de tiempo que supone. Como ya pasara en ramos como la moda, se trata de una persona que busca los mejores productos para su cliente, dependiendo de lo que éste le pida y la situación en la que se encuentre. La vivienda no se ha encontrado exenta de esta evolución de la manera de contactar y relacionarse con el público.
Un personal shopper inmobiliario es un profesional que se dedica al trato directo y personalizado con cada cliente. Esta relación hace que este tipo de comercial conozca cada una de las necesidades y exigencias del posible comprador, mediante este conocimiento previo, el personal shopper sólo le ofrecerá aquellas viviendas que más se ajusten a sus requisitos.
En cuanto al perfil del comercial shopper, no hay ningún requisito en especial, aunque la media de edad de estos profesionales es de 35 años y se trata de una persona con dotes comerciales y altamente motivadas, que quieren trabajar por su cuenta sin asumir los riesgos de cualquier empresario.
La principal ventaja de este tipo de contacto entre la empresa y el cliente, se basa en el ahorro de tiempo y dinero que obtiene el propio consumidor, un aspecto muy importante sobre todo en la sociedad actual, donde la jornada laboral ocupa casi la totalidad del día. Este modo de vida tan dinámico no permite que los potenciales compradores puedan conocer de manera directa alternativas a su vivienda actual.
Por otro lado, los continuos cambios en el sector, ha creado un desconocimiento creciente entre la población. De hecho, parte del público desconoce o se siente perdido a la hora de buscar y comprar una nueva vivienda. El personal shopper inmobiliario también debe suplir esta carencia de información, aconsejándole cuáles son las opciones que más le convienen dependiendo de su nivel de renta, zona y preferencias.
Sin embargo, los últimos avances tecnológicos, especialmente en el ámbito de las redes sociales, han supuesto un antes y después para la realización de esta labor. De hecho, internet supone uno de los medios de comunicación más empleados para estas comunicaciones entre el comercial y el usuario, es decir, un público que cada día es más receptivo a la hora de usar la red, en detrimento del teléfono. Esta nueva atención 2.0 radica en ofrecer una visita -mediante fichas técnicas o vídeos descriptivos- por el inmueble sin la necesidad de que se tenga que realizar de manera física.
Por ello, el personal shopper debe conocer no sólo su cartera de viviendas, sino que además debe tener una percepción global del sector. En este caso se trata de un ramo que genera una gran cantidad de viviendas a la venta, ya que la situación actual ha provocado un incremento del stock de este tipo de productos, ya sean de segunda mano o promociones sin vender. Por ello, este comercial debe seleccionar minuciosamente los productos que más se adapten al perfil de cada uno de los clientes.
A pesar de que se trata de una mera relación comercial, estos personal shoppers recalcan que uno de los aspectos que más valoran es el contacto directo con el cliente, tal y como destaca una de estas profesionales, Brigitte Esteban, que añade que «escucho sus necesidades y me siento bien encontrándole lo que necesitan». Aunque no siempre sale todo tal y como se esperaba, sobre todo en el contexto económico actual, así lo señala la personal shopper al explicar que «a veces me he llevado decepciones y me he encontrado casos difíciles»; sin embargo, Esteban afirma que «todo esto forma parte de la superación de mi trabajo y es mucho mayor la satisfacción de encontrar un nuevo hogar y hacer feliz a una familia», apunta.
Entre las virtudes de esta labor, el personal shopper inmobiliario Alberto Marín afirma que la autonomía que se obtiene a la hora de desarrollar su actividad es una de las grandes ventajas; de hecho, al recibir la cartera de clientes, este comercial es quien debe organizarse el horario de visitas y el tiempo que dedicará a cada uno de los usuarios. Aunque estos tiempos puedan variar «a lo largo del día por pequeños imprevistos, que al fin y al cabo, son la base de la atención personalizada», indica Marín. Esta libertad aporta una nueva forma de comercio del propio comercial, ya que es él el que se programa y elabora su «propia estrategia de venta».
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