Parece que en las últimas semanas se ha apoderado de inversores y analistas un «poco´´ de temor, miedo, o por dejarlo más ligero, incertidumbre.
A primeros de año se suele hacer propósito de enmienda y se establecen una serie de metas para el año que comienza
El año que comienza parece que va a ser movido. A los propósitos (personales y empresariales) que todos nos proponemos al comienzo de cada año, debemos añadir los propios del sector económico.
2007 amenaza, especialmente con nubarrones en el sector inmobiliario, y de la construcción. Al menos eso parece desde fuera. Endeudamiento progresivo de las familias por la adquisición de vivienda, subidas de tipos de interés, alza, aunque cada vez más moderada, de los precios de la vivienda (ya sea de obra nueva o usada, primera o segunda residencia), descenso de la inversión extranjera en la compra de vivienda´´
Ante esta situación que desde fuera parece muy negra, en la práctica no lo es (la subida de tipos de interés es asumible puesto que hemos pasado por años en los que el tipo era muy bajo, la inversión extranjera se puede sustituir por la salida al exterior de nuestras empresas´´..)
Pero esta perspectiva más o menos pesimista, el sector inmobiliario y de la construcción no lo percibe así. Y muestra de ello es, por un lado, la relevancia cada vez mayor de las empresas constructoras e inmobiliarias están teniendo en la Bolsa, y derivado de ello, los movimientos de capital que se están produciendo en las grandes empresas. Las empresas no dejan de invertir comprar ( ejemplo de ello es la controvertida Metrovacesa que recientemente ha comprado 73.000 metros cuadrados de suelo en Madrid y Barcelona).
En tiempos de menor crecimiento creemos que lo que se producirá en el mercado es una estabilización del mismo y se producirá la expulsión de aquellos que simplemente han visto en la construcción una forma de ganar dinero con facilidad.
Las correcciones que se pueden realizar serán modestas y graduales porque la economía española es suficientemente robusta. Por eso, el ajuste del mercado será gradual. El mercado pronto estará menos dominado por inversores de activos-refugio o por especuladores que buscan revalorizaciones relámpago, y responderá crecientemente a la demanda natural del mercado, proveniente de compradores que buscan casa para vivir en ella. En un mercado menos revolucionado las variaciones de precios serán menos bruscas y el encarecimiento del suelo urbanizable se moderará.
En este contexto, el promotor tiene una buena oportunidad para invertir en calidad, para diversificar, y para acelerar la profesionalización de su empresa. La nueva etapa de consolidación abre un mundo de oportunidades a promotores innovadores con voluntad de crecer y explorar nuevos mercados.
Las consultoras inmobiliarias, también tienen una oportunidad excelente de crear nuevos servicios de valor añadido, más allá de la intermediación. Las soluciones innovadoras adaptadas a los objetivos de cada promotor o inversor, son la mejor respuesta a estas necesidades profesionales.
En estos momentos el sector debe aprovechar el tiempo e invertir en mejorar sus servicios y cuidar al cliente para mejorar sus resultados.
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