Parece una frase hecha, utilizada todos los años cuando comienza el curso, pero esta vez no lo es. En esta ocasión, y desde que se produjo en agosto la crisis hipotecaria en Estados Unidos, parece que nada funciona, todo está en crisis, la desconfianza se ha instalado y el sector inmobiliario y de la construcción está a punto de estallar.
En un mercado como el nuestro en que a nivel interior no existen las famosas hipotecas «subprime´´, y nuestro mercado hipotecario es sólido y estable (de hecho nuestro sistema hipotecarios es uno de los más envidiados y copiados por las nuevas economías) no tendría que producirse ningún temor económico
Las razones de estos temores los encontramos, aunque no nos guste el término, en la globalización. En ese caso en la globalización económica.
Estamos en un mundo en continua expansión y búsqueda de nuevos mercados, donde la mayoría de las grandes empresas constructoras e inmobiliarias construyen tanto en España, Rumania, Bulgaria, Méjico, Panamá, Miami´´. , y esta extensión de negocio refleja el buen hacer de las compañías que han generado negocio y beneficio y que tienen disponibilidad de invertir en el extranjero.
Es esta internacionalización la que en este caso, y como un boomerang ha impactado en el sector inmobiliario y de la construcción, sobre todo en la Bolsa.
Este aspecto junto al hecho que desde hace unos meses el mercado inmobiliario se está ralentizando, y que desde ciertos sectores alarmistas se está hablando de reducción drástica de ventas, cierre de empresas, etc, hace que se genere cierto
Sabemos que un ciclo tan largo de expansión en el sector de la construcción como el que acabamos de pasar no es frecuente y difícil de mantener, de hecho es cierto que el ritmo y el volumen de ventas empieza a decrecer, los potenciales compradores, ante los precios, con la evolución al alza del Euríbor muy presente y expectantes en medio de un runrún de posibles bajadas de precios, se lo piensan más.
Ahora es el momento en el que el vendedor profesional debe estar atento y vender uno productos que hasta ahora se vendían solos. Ahora debemos vender.
Las empresas del sector inmobiliario y de la construcción, ya sean grandes, medianas o pequeñas son la primeras interesadas en mantener el negocio por lo que tomarán las medidas necesarias para adaptarse a la demanda.
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