El año nuevo llega cargado de propósitos. Desde los tradicionales llevar una vida más saludable y dejar a un lado los vicios hasta los más prácticos: mejorar el estado actual de las finanzas personales e intentar mejorarlo de cara al largo plazo.
Para todos aquellos que quieran poner en orden sus cuentas y mejorar su patrimonio, el blog de Bankinter ha elaborado una lista de objetivos que todos deberíamos plantearnos. Desde controlar los gastos hasta ser un consumidor más responsable, pasando por ahorrar y mejorar los conocimientos relacionados con el mundo de la inversión y las finanzas. Resumimos algunas recomendaciones:
1. Controlar las finanzas. El primer consejo que da la entidad financiera para tomar las riendas de la economía doméstica es ser conscientes de nuestros ingresos y gastos, detectando cuáles son los imprescindibles y también los que son puro capricho. En su opinión, todos deberíamos cumplir a rajatabla la máxima de que no gastar más de lo que se tiene. “Se acabó tirar de la tarjeta de crédito a diestro y siniestro, toca aprender a hacer un presupuesto (y a cumplirlo)”, insiste el banco.
2. Convertirse en un consumidor responsable e inteligente. Una buena forma de quitarnos gastos innecesarios es convertirnos en un consumidor racional. Comprar de forma impulsiva puede causar un agujero en nuestras finanzas, por lo que siempre deben imperar los criterios de necesidad, practicidad y capacidad de pago a la hora de realizar cualquier adquisición. “Entender que los recursos son limitados, reutilizar y reciclar, compartir, no sucumbir a las compras impulsivas que no son realmente necesarias son pautas que deberíamos tomarnos en serio”, asegura Bankinter.
3. Empezar a ahorrar. Una vez que conocemos nuestros ingresos y gastos, es el momento de decidir qué cantidad podemos guardar cada mes. “Verás cómo sin darte cuenta a final de año tienes un dinero que te permitirá darte un capricho o tener una reserva ante imprevistos que de otra forma te hubieran hecho un roto en el bolsillo”, recuerda.
4. Saber qué tipo de inversor soy. A la hora de realizar una inversión es esencial conocer los límites de cada uno. Es decir, si prefiere lograr una rentabilidad reducida a cambio de correr menos riesgos (en ese caso su perfil es conservador) o se atreve a perder parte de lo invertido con la esperanza de ganar más (entonces es más arriesgado).
“Determinar el perfil como inversor constituye un buen punto de partida para la toma de decisiones de inversión y encontrar qué productos financieros encajan con sus necesidades y preferencias”, recuerda. Para conocer el perfil la entidad propone hacerse esta pregunta. ¿La palabra riesgo es para mí un sinónimo de incertidumbre, de oportunidad o de pérdida?
5. Ir pensando en la jubilación. En estos tiempos que corren es vital pensar a largo plazo. Son muchos los estudios los que apuntan al rápido envejecimiento de la población española (según Bank of America-Merrill Lynch, en 2050 seremos el segundo país del mundo con la mayor proporción de mayores de 65 años), lo que se convierte en uno de los grandes retos y preocupaciones macroeconómicas.
En este escenario, Bankinter recomienda a los particulares que se planteen qué alternativas tienen para garantizarse una renta una vez alcanzado el retiro. “El objetivo es mantener un nivel de vida y para ello, muchas personas necesitarán buscar un complemento a la pensión, y se recomienda empezar a planificar alternativas a partir de los 30 años”, explica.
6. Mejorar los conocimientos financieros. Otra de las recomendaciones más útiles que da la entidad es profundizar en nuestra cultura financiera. La economía está presente en nuestra vida cotidiana y es más que aconsejable estar informado antes de tomar decisiones financieras.
“Ante cualquier decisión en la vida, conviene asesorarse e informarse hasta el último detalle, y más si se trata de asuntos financieros como firmar un crédito o invertir en un fondo de inversión que tantas implicaciones tienes para nuestra economía familiar”, sostiene el banco. Hay conceptos de todo tipo que influyen de forma directa en nuestro bolsillo: amortizar la hipoteca, el interés al que está sujeto un préstamo, si nos conviene más una hipoteca fija o variable, la influencia del euríbor en una cuota hipotecaria, la prima de riesgo, el dividendo…