El mundo de las grandes constructoras, la bolsa y la política anda más que revuelto.
Desde hace tiempo el gobierno ha querido influir, de una u otra forma, en BBVA, y si no ha podido hacerlo intenta desprestigiarlo. Ya en marzo de 2005 en Magazine de Inmueble adelantamos la situación, por la cual el gobierno quería, a través de SACYR, entrar en el Consejo de administración de BBVA, operación que se frustró.
Ahora hemos sabido, por medio del ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, que tenía evidencias de que el vicepresidente de esta institución, Carlos Arenillas, recibió instrucciones de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno para impulsar el expediente contra el presidente del BBVA, por la venta de FG Valores, en pleno proceso de entrada de Sacyr en el capital del banco.
Por otro lado, desde que Astroc se incorporó a las empresas cotizadas, y comenzó su imparable ascenso, anunciamos los problemas que podía generar, este aumento desmesurado no sólo de Astroc sino tambié nde otras inmobiliarias y constructoras no tan sólidas, como Inmocaral, pero lo que no podíamos imaginar es el excesivo nerviosismo que la caída ha generado en estas últimas semanas, y, sobre todo en los primeros momentos.
En dos meses Astroc ha caído el 76%, más de tres cuartas partes de su valor. Y parece arrastrar al conjunto del sector. Todas las grandes inmobiliarias que cotizan en el mercado han sufrido pérdidas más o menos continuadas (Colonial cayó un 3,48%; Fadesa, un 3,39%; Inmocaral, el 2,98%; InbesÚs, el 2,82%; Urbas, el 1,81%; y Metrovacesa, el 1,45%).
Todo empezó con una serie de rumores que relacionan una docena de planes de la compañía en la Comunidad Valenciana que podrían correr riesgo con la nueva Ley Urbanística.
Tras conocerse el informe, cundió el pánico entre los accionistas y una avalancha de títulos salió a la venta castigando severamente el valor de Astroc.
Los diferentes agentes del sector han manifestado abiertamente su parecer al respecto de este martes negro del ladrillo coincidiendo en que se trata de un reajuste esperado que no afectará sobremanera a la actividad real de las inmobiliarias.
Es cierto que en los últimos meses se está produciendo una desaceleración de precios del mercado de la vivienda, pero de eso a que bajen los precios va un camino bastante largo. Lo que sí esta descendiendo es la plusvalía, el beneficio que se obtienen por las ventas de los inmuebles.
Otro de los protagonistas de las últimas semanas, sino meses es Metrovacesa quien como consecuencia de su segregación se ha visto obligada a vender parte de sus activos y ha vendido la mitad de sus viviendas. Esta venta de activos y el crecimiento de ingresos por entrega de viviendas vendidas constituyeron los motores que impulsaron el resultado trimestral de la inmobiliaria, que no obstante revela una reducción del 49% en sus pre ventas.
Ahora aparece en el escenario Ferrovial quien se ha sumado a la crisis debido a la dimisión de uno de sus directivos (Juan Béjar), hasta ahora director general de infraestructuras.
Todas estas situaciones parecen ajenas a la venta real de viviendas, que si bien se han relajado, no paran y mucho menos descienden. De hecho el próximo Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA) tiene previsto comercializar 250.000 viviendas.
No debemos olvidar que el mercado bursátil no se corresponde con un escenario real, por lo que la actividad inmobiliaria no tiene por qué temer excesivas consecuencias. Esperemos que estas inquietudes acaben tras las elecciones autonómicas y locales.
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