Después de un año y medio de estabilidad en las ventas en el sector inmobiliario en Barcelona, que se prolongó entre 2016 y el primer semestre de 2017, los datos del tercer trimestre del año pasado mostraron un importante descenso, con una caída en las ventas del 69% respecto a los tres primeros meses del año.
Esta es la principal conclusión de un exhaustivo análisis elaborado por la agencia inmobiliaria Monika Rüsch, empresa con más de 25 años de trayectoria en el mercado residencial de Barcelona. Los resultados de este estudio se han obtenido a partir de datos objetivos del mercado, obtenidos en el Colegio de Registradores, y facilitan información tanto del número de escrituras realizadas en cada distrito, como del precio medio real de venta de cada uno de ellos.
Según explica Jordi Gruart Rüsch, director general de Monika Rüsch y economista con más de 20 años de experiencia en el mercado inmobiliario, si se analizan los datos disponibles, de forma global, entre los años 2016 y 2017, las ventas disminuyeron un 18%. “Pero lo realmente preocupante es la comparativa entre el tercer trimestre de 2017 y el primero del mismo año: la disminución media de ventas escrituradas es de un 69%, con solo 751 propiedades vendidas en los barrios analizados en el estudio, Les Corts, Sant Gervasi, Eixample, Gracia y Ciutat Vella. Septiembre es el mes responsable de este descenso en el número de operaciones. “Hasta entonces la evolución era ascendente”, añade el Sr. Gruart Rüsch.
Por distritos, si se comparan las ventas de los tres primeros trimestres de 2017 con el mismo periodo del año anterior, donde menos bajan es en L’Eixample, con una caída del 12%. El segundo distrito con menos caída de ventas es el de Les Corts-Pedralbes, aunque hay que destacar que solo se vendieron 40 propiedades.
¿Por qué se desploman las ventas en Barcelona?
Una vez obtenidos y analizados todos estos datos, hay varios factores que pueden ayudar a entender las causas de la caída en las ventas de vivienda en Barcelona, aunque tal y como aclara el director general de Monika Rüsch, no se puede atribuir un porcentaje determinado de responsabilidad a ninguno de ellos. Estos factores serían, en opinión de Jordi Gruart Rüsch, los atentados terroristas del 17 de agosto en Las Ramblas de Barcelona y la inestabilidad, tanto política como del mercado laboral.
“El 17 de agosto marcó un antes y un después para Barcelona, también en lo relacionado con el mercado inmobiliario, ya que en cualquier ciudad que sufre un atentado, desciende la percepción de seguridad”, opina Gruart Rüsch.
En cuanto a la inestabilidad política, también ha paralizado la compraventa de viviendas de inversores extranjeros, “aunque no podemos atribuir esta disminución únicamente a la inversión extranjera, ya que solo representa un 20% del total”. Lo mismo pasa con el comprador local, que está aplazando la decisión de compra hasta ver cómo evoluciona la situación política. “Pensamos que estos dos perfiles inversores no han desaparecido, sino que están a la expectativa”.
El empleo también es un factor importante. El cambio en la legislación laboral ha provocado una elevada contratación precaria, incrementando la inestabilidad laboral, así como la disminución de la capacidad adquisitiva. Esto, acompañado de un elevado incremento en los precios de venta en la vivienda, provoca que muchos compradores potenciales se planteen si el esfuerzo y el riesgo que comporta comprar una casa vale la pena. “En este aspecto, el mercado del alquiler parece menos arriesgado ante posibles cambios en la situación laboral: con un mes de preaviso, liquidas el contrato y te evitas preocupaciones”.
¿Qué pasará los próximos meses?
En cuanto a las perspectivas para los próximos meses, todo indica que el efecto provocado por el 17 de agosto seguirá en la mente de algunos inversores internacionales, aunque en las últimas semanas se ha detectado un mayor interés. “En Monika Rüsch acabamos de firmar un contrato de obra nueva con clientes internacionales, con finalización de obra en 2019, por más de 3.500.000€. La disminución de la tensión política también provoca que los clientes estén más activos, aunque ahora hay más interés en el alquiler que en la compra”. De todas formas, concluye Jordi Gruart Rüsch, “estamos a la espera de obtener los datos del cuarto trimestre de 2017 para definir si ha sido un bache temporal”.