Nos encontramos en el siglo XXI, donde los países industrializados están pasando por un proceso acelerado de transformación que le dirige hacia la llamada «Sociedad de la información» o «Era de los Recursos
Humanos». Ello conlleva a cambios en la demografía, a través de su evolución histórica, envejecimiento social, menor tamaño de los hogares, nivel educativo medio elevado, cambios en los procesos productivos, ergonomía, robotización, informatización, mayores niveles de creatividad y formación, catarsis en los puestos de trabajo alienantes.
Cambios en las instituciones, integración supranacional, regionalismos, funcionamiento global de los mercados; mejora en medio ambiente, calidad y seguridad. Cambios tecnológicos en los procesos, microelectrónica, nuevos valores económicos y sociales; el proceso integrador en la unión europea.
Aunque la tangibilidad o intangibilidad de estos factores de cambio son globales, poseen vida propia en el futuro inmediato del sector inmobiliario e incidirán fuertemente en la implementación de las políticas estratégicas de las empresas del sector, grandes y pequeñas, generales y especializadas. La casuística de la vivienda sigue estando presente explícitamente en las demandas sociales de los distintos colectivos que conforman el panorama social español. La vivienda como bien familiar unida al mandato Constitucional, continúa siendo uno de los objetivos prioritarios de los ciudadanos.
La inmigración del campo a la ciudad es irreversible, así como la transformación de las áreas rurales en urbanas. La urbanización contribuye al desarrollo social y económico de la nación. Este evento puede ser opuesto al mensaje de zozobra emitido por el Hábitat: «La urbanización masiva es la única forma en que el mundo puede sobrevivir al incremento masivo de la población». Las áreas urbanas ofrecen una expectativa de vida mayor, y pueden ofrecer servicios esenciales de forma más barata y a mayor escala que las áreas rurales. Todo ello enmarca el tiempo que vivimos que se singulariza por las excesivas transformaciones sociales y económicas que se está originando a escala planetaria, donde emergerán nuevas estructuras organizativas de tipo supranacional que constituirán los nuevos estados del tercer milenio.
La tarea de predicción nunca ha sido fácil, siendo hoy en día más difícil que nunca: las variables e incertidumbres son muchas, los indicadores a veces son contradictorios, otras, nos hacen un guiño y nos confunden.
La predicción económica desde la óptica de las posturas más excéntricas, no es más que el reflejo de la inmadurez de la economía y el marketing como ciencias.
Una ola gigante de cambios avanza en el planeta y llegará a modificar el horizonte social, económico y político del mundo entero. Su causa está en el progreso tecnológico, que está dando lugar a la convergencia de tres dominios: la informática, las comunicaciones y la información. Todo ello inducirá a la metamorfosis, en primer lugar la tecnología que lo ha posibilitado, a continuación la gestión, moderando, aunque cada vez contará con menos capacidad de influencia con el desarrollo de la apertura del mercado; en segundo lugar la competencia, con su efecto dinamizador, y, finalmente la demanda del mercado, que será la fuerza dominante una vez que la tecnología cautive a las organizaciones y consumidores.
La tierra, el suelo y el urbanismo constituyen una trilogía que intervino en el mayor y más continuado y próspero negocio de los últimos veinticinco años, la especulación del suelo.
Todo ello nos conduce al pensamiento del filosofo Abenjaldum: «La sociedad humana comienza libre en el campo´´, funda la ciudad´´, y establece el ciclo de la misma; nacida en el campo, fructifica la conquista de otros grupos, que reúne bajo una soberanía, y muere en la ciudad, fundada como residencia de ese poder político». Esperemos que este profundo pensamiento acompañado de la experiencia, que es como una linterna colgada a la espalda que ilumina nuestro pasado, es un instrumento muy eficaz para los que, como los cangrejos, caminan hacia atrás.
En este entorno cambiante y vertiginoso, emergen las empresas del sector inmobiliario, que en muchas ocasiones cuando nacen, ya son obsoletas.
En el sector inmobiliario una de las áreas menos desarrolladas son las referentes a los recursos humanos, donde el departamento o jefatura de RRHH prácticamente no existe.
La psicología del trabajo y de las organizaciones presenta un reto y unas perspectivas de futuro que van a depender, en parte, de la concepción del hombre, del trabajo y de la sociedad, esto es, de las creencias básicas, que tenga una determinada sociedad, y que asuma la comunidad científica. A lo largo de
la historia del pensamiento, Europa ha realizado contribuciones muy importantes a la problemática y ha ido configurando una herencia cultural relevante…
#ads1{display: none !important;}
#ads2{display: none !important;}
#ads3{display: none !important;}
#ads4{display: none !important;}
/*.code-block {display: none !important;}*/
#economist-inarticle{display: none !important}
#publicidad{display:none;}
#cortardivhglobal{display: none !important;}
¿Quieres seguir leyendo?
Suscríbete a la Revista Inmueble desde