Por Redacción
Si la persona que atiende a un potencial cliente viste de forma correcta, aun involuntariamente, éste presume que esa corrección es un reflejo de la calidad de la propia inmobiliaria a la que representa. El cliente piensa que si la empresa tiene medios para vestir bien a sus empleados, seguro que también los tendrá para analizar el mercado y localizar los mejores inmuebles. La forma de vestir es, según los expertos, mayoritariamente asumida por los consumidores en general como un reflejo de la organización de cara al exterior.
¿Quieres seguir leyendo?
Suscríbete a la Revista Inmueble desde