Los inversores españoles, ante la inestable situación de nuestra bolsa, buscan refugio en los mercados inmobiliarios europeos, donde encuentran oportunidades de inversión más atractivas y seguras. Tal vez ello sea un indicador de que, cuando nos recuperemos, vuelvan a invertir en vivienda residencial española.
A finales de octubre leo en los medios que compradores españoles están adquiriendo viviendas de más de un millón de libras en Londres como modo de resguardar parte de su capital, entre ellos, se mencionan personalidades de la banca y del mundo de los negocios. Por otro lado, me consta que también Alemania se está beneficiando de un impulso comprador de viviendas por parte de españoles.
Se pueden dar diferentes interpretaciones a este fenómeno, aunque una parece indudable, para las fortunas e inversores españoles el inmobiliario residencial es un valor refugio y lo utilizan como parte de su cartera de inversión.
Tradicionalmente, la vivienda ha sido un bien de inversión a largo plazo, por medio del que los inversores obtienen una rentabilidad anual por arrendamiento aproximada a un 3,5% y una rentabilidad bruta por la rotación de la inversión al cabo de 10 años de un 50%. O sea, una inversión muy atractiva que supera a la bolsa en rentabilidad y seguridad.
Entre 2002 y 2006, la rentabilidad producida por el arrendamiento, sencillamente, no hacía falta, con la rentabilidad producida por la venta valía para obtener en menos tiempo réditos superiores.
Ante la volatilidad de la bolsa, el inversor tradicional vuelve al inmobiliario residencial, pero fuera de España; ello indica que cuando la situación económica cambie, volverá a posicionarse en residencial urbano español
Ante la volatilidad de la bolsa, el inversor tradicional empieza a volver al inmobiliario residencial aunque con gran cautela. Vemos cómo grandes fortunas invierten fuera de España para dotar de seguridad a su cartera debido a la situación doméstica, pero esto no es más que un indicador de que en el momento en que la situación económica española sea menos incierta, el inversor que necesita seguridad y busca el largo plazo volverá a posicionarse en residencial urbano de buena calidad y susceptible de obtener rentas por arrendamiento.
El hecho de que entre estas fortunas que salen fuera a buscar seguridad, se encuentre alguna personalidad de la banca me hace pensar que temen por sus inversiones en bolsa y crean un “fondo de reserva” materializándolo en viviendas. No es más que lo que siempre han buscado las grandes carteras, inversiones seguras que pongan suelo a las pérdidas y arriesgar en bolsa para obtener, si hay suerte, grandes beneficios.
En el momento en que la situación económica española sea menos incierta, el inversor, que necesita seguridad y busca el largo plazo, volverá a posicionarse en residencial urbano de buena calidad y susceptible de obtener rentas por arrendamiento
El caso del ahorrador particular es más complicado, pues no puede obtener el mismo nivel de calidad en el asesoramiento para invertir en bolsa y con la volatilidad que tiene en los últimos 4 años, los ahorros invertidos han desaparecido. Por otro lado, tal vez sea momento de pensarse que el ahorro puede pasar por el residencial, a no ser que las grandes fortunas se equivoquen.
AUTOR: Rafael Bueno. Socio Delegado de PROINLASA y vocal de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA)
#ads1{display: none !important;}
#ads2{display: none !important;}
#ads3{display: none !important;}
#ads4{display: none !important;}
/*.code-block {display: none !important;}*/
#economist-inarticle{display: none !important}
#publicidad{display:none;}
#cortardivhglobal{display: none !important;}
¿Quieres seguir leyendo?
Suscríbete a la Revista Inmueble desde