Desde hace unos meses las empresas inmobiliarias y de la construcción son el centro del análisis económico, ya sea por su cotización al alza en bolsa, por su diversificación en negocios relacionados con el medio ambiente, o por el protagonismo que tienen sus directivos.
Esto ha implicado que en no pocas ocasiones las acciones de las inmobiliarias sobrepasan el valor de sus activos, es decir, que su precio en mercado es superior a lo que valdrían todos los inmuebles que gestionan o de los que son propietarios si los vendieran. De hecho, de media las inmobiliarias cotizan un 14,57 por ciento por encima del valor de los activos que controlan.
La compañía más cara y más sobre valorada en Bolsa, respecto al valor de sus acciones es Metrovacesa. Las acciones de la inmobiliaria cotizan un 45 por ciento por encima del valor de sus activos, sobre valoración.
La segunda inmobiliaria más cara sería Riofisa (pretendida por Inmocaral) . El valor de cada título de esta compañía en bolsa supera un 44,85 por ciento a lo que valen sus activos, que son centros comerciales. Urbas, en bolsa cuesta un 43 por ciento más que el valor de sus activos (promociones residenciales).
Testa, la inmobiliaria de Sacyr
, cotiza un 27 por ciento por encima del valor de sus activos, y Colonial con una sobre valoración del 14,04 por ciento, encarecida por la fusión con Inmocaral y que dará lugar al nacimiento de la segunda inmobiliaria española, también están sobrevaloradas. Lo mismo le ocurre a Urbis
, en plena integración con Reyal, cotiza un 9,46 por ciento por encima de su valoración.
Solo dos empresas no siguen esta regla y son Fadesa y Parquesol. Esperemos que esta sobre valoración no repercuta en el buen hacer de las empresas.
SEGURIDAD ANTE TODO
En los últimos meses, parece que nos estamos acostumbrando a una estadística similar a la que los lunes, tras las vacaciones de verano, navidad o Semana Santa nos facilita la Dirección General de Tráfico, como es la estadística sobre accidentes laborales en la construcción, ya sean mortales o no.
Y esto no es bueno. Ésta es una estadística que los profesionales del sector no debemos ni podemos permitir.
Recientemente el ministerio de Trabajo ha facilitado las infracciones más habituales detectada por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en el sector de la Construcción durante 2006.
Repasándolas, no obstante y diciendo de ante mano que es el empresario y el coordinador de seguridad quienes deben vigilar el cumplimiento de la ley, parece que en ocasiones nos olvidamos del factor humano a la hora de aplicar las leyes, ya que en muchas ocasiones el responsable de seguridad no está físicamente en la obra para hacer las comprobaciones sobre el cumplimiento de sus órdenes.
Desde todas las instancias, empresarios, trabajadores, sindicatos, o administración, debemos poner todos los medios para reducirla lo máximo posible y que no se convierta en rutinaria.
Infracciones más habituales en 2006
– No se cumple lo indicado en el Plan de Seguridad y Salud.
No se dan instrucciones suficientes y adecuadas, con carácter previo al inicio de las actividades de las empresas concurrentes, por parte del coordinador sobre las medidas preventivas a adoptar, con inclusión de las medidas de emergencia.
No se adoptan las medidas necesarias para garantizar la utilización por parte de los trabajadores de la contratista de los equipos de protección individual adecuados, en aquellos puestos de trabajo en que sea preciso.
No se exige a las empresas subcontratadas, con anterioridad al inicio de las actividades, que acrediten por escrito la realización de la evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva.
No se ha realizado la evaluación de riesgos, planificación preventiva, o cumplido con las obligaciones de formación e información a los trabajadores.
No están presentes los recursos preventivos en los supuestos en los que es preceptiva la mencionada presencia.
No se articulan los medios de coordinación entre las diferentes empresas concurrentes en un mismo centro de trabajo.
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