Cambiar un enchufe que está suelto, reparar la cisterna que no para de soltar agua, o pintar una pared manchada de humedad, son actividades de bricolaje en el hogar que los usuarios se arriesgan a realizar sin recurrir a la contratación de un profesional. A menudo, la reparación casera no sale como estaba previsto y lo barato termina saliendo caro, en tiempo y dinero. Podría haberse evitado, acudiendo antes a los profesionales.
Las reparaciones en los hogares se han convertido en actividades cotidianas para muchos ciudadanos gracias al fácil acceso a las herramientas para realizar tareas de bricolaje y por la reducción del poder adquisitivo en tiempos de crisis económica. Según los datos estadísticos de los que disponemos, cada hogar destina una media de 350 euros al año para realizar reparaciones. También se han convertido en aliadas de los usuarios a la hora de mejorar sus instalaciones domésticas, y ya son muchos los usuarios que optan por reparar, en lugar de sustituir, cuando tienen un desperfecto en el hogar.
Además, determinadas reparaciones también suponen un ahorro, como en el caso de los grifos que gotean incesantemente. Está comprobado que tener un grifo goteando durante 24 horas implica desperdiciar más de 30 litros de agua, lo que equivale a más de la mitad de la que necesita una persona a diario para cubrir sus necesidades básicas. Es un impacto medioambiental y un gasto innecesario que se puede evitar.
Esta tendencia a realizar las reparaciones por uno mismo, sin embargo, hace que muchas personas olviden que hay determinadas tareas para las que es necesario recurrir a un profesional, debido a los riesgos que conlleva realizarlas sin los conocimientos oportunos. Es frecuente que la reparación no salga como estaba previsto, y se tenga que llamar a un profesional para solucionarlo. Esta situación supone echar a perder una inversión en materiales y tiempo por parte del usuario, a lo que habrá que añadir el coste de la intervención de un profesional y, en muchos casos, gastos adicionales.
Pongamos como ejemplo tres situaciones muy comunes que pueden desembocar en una reparación mayor y más costosa:
1. Pintar una mancha en la pared: sobrecoste de hasta 130 euros.
Un arreglo muy común realizado en los hogares es pintar esa mancha que tanto ensucia la pared. Normalmente, se tiene la costumbre de atreverse con la brocha y reparar uno mismo las humedades de los techos. Los posibles daños acarreados por realizar el trabajo uno mismo podrían conllevar: pintar toda la estancia completa para igualar el color (127,5 euros), además de posibles daños colaterales, como manchas en mobiliario (en el caso de un sofá, supondrían un gasto de 250 euros en limpieza).
El coste real de reparación del profesional por pintar una mancha en la pared de hasta 10 m2 es de 60 euros.
2. Cambiar un enchufe: sobrecoste de hasta 67,20 euros.
Suele ser uno de los más habituales, aunque también de los más peligrosos. Los posibles daños acarreados por realizarlo sin conocimiento técnico pueden ser un cortocircuito en la vivienda y/o daños en el enchufe, lo que supone levantar de nuevo el circuito y sustituir el aparato, con un coste de unos 89 euros. Si la situación es más grave y hay que cambiar la magneto térmica, el enchufe y 1 ml de línea, serían 95,4 euros. Cambiar diferencial y enchufe podría alcanzar los 104,20 euros. Raramente podría ocurrir un incendio en la vivienda (cuya valoración económica y posibles daños personales, serían inconmensurable).
El coste real de cambiar un enchufe con un especialista es de 37 euros.
3. Renovar la cisterna: sobrecoste de hasta 185 euros.
Uno de los problemas que conlleva más inconvenientes debido a la incomodidad que supone para los habitantes de la casa, y que habitualmente supone hacerlo urgentemente para poder utilizar el sanitario. Realizar uno mismo la reparación puede terminar con daños en la pintura del techo del baño inferior por filtraciones, cuyo arreglo costaría 60 euros, o con daños en el suelo del baño y el parquet del pasillo de la vivienda, que se situarían alrededor de los 300 euros.
El coste real de renovar la cisterna con un especialista es de 115 euros.
Muchas veces, los usuarios realizan la reparación de forma autónoma por no disponer del contacto de un profesional que les ofrezca garantías sobre la calidad del servicio.
En el mercado existen empresas especializadas en cuidado del hogar, como Reparalia, que aseguran la profesionalidad de los trabajos realizados y ponen a disposición de los usuarios una red cualificada de reparadores en distintos gremios. Además proporcionan una garantía de 6 meses en todas sus intervenciones y un seguro de responsabilidad civil para desperfectos.
En tareas de bricolaje, muchas veces lo barato sale caro. Ante la necesidad de reparar un desperfecto en el hogar, el usuario debe ser consciente de cuáles son las implicaciones de conocimientos y herramientas a tener en cuenta para hacerlo de forma personal, y evaluar el sobrecoste que podría tener una avería mal reparada antes de ponerse manos a la obra. Y, ante cualquier tipo de duda, debe considerar la opción de ponerse en manos de profesionales, que le garantizarán la perfecta ejecución de los trabajos.
Autora: Agustín Domínguez, director de operaciones de Reparalia
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