La intermediación inmobiliaria es una profesión compleja. Además de requerir un conocimiento considerable de normas de derecho inmobiliario, registral, administrativo y fiscal, requiere tener también de aptitud comercial.
Lamentablemente, muchas personas que llegan al sector de la intermediación inmobiliaria española carecen de muchos de estos conocimientos y habilidades. Justo por estas carencias formativas, es frecuente que los compradores, vendedores, arrendadores o arrendatarios extranjeros, cuando operan en España confían la gestión de sus intereses a profesionales de la intermediación de otros países.
Si analizamos la oferta de inmobiliarias en las zonas turísticas españolas, observaremos que las que captan mayor cuota de mercado son las de nacionalidad no española. Por ello, es importante insistir en la necesidad de formación de los operadores de la intermediación inmobiliaria española. Nuestros profesionales tienen muchas virtudes, pero lamentablemente la falta de formación las esconden.
Un detalle de carencia en la técnica de venta: los vendedores españoles hablan demasiado al enseñar un inmueble. Más del 70% de los compradores de inmuebles encuestados por este medio reconocen que en las visitas realizadas a casas han echado en falta el silencio del intermediario. Ese silencio que permite reflexionar, que permite hablar con quien debe compartir el inmueble contigo sin recibir el mensaje promocional de la venta o alquiler.
A veces olvidan que el mejor ritmo lo lleva el silencio.