2015 ha sido un ejercicio histórico para el euríbor a doce meses. El indicador de referencia para la mayoría de las hipotecas en España no dejó de bajar a lo largo del ejercicio y, en su caída libre, ha dado un respiro a miles de hipotecados.
Si el euríbor despidió 2014 en el 0,328%, ha puesto fin a 2015 en el 0,059%. Hoy está, por tanto, un 82% más bajo que hace justo un año.
Los expertos recuerdan que se trata la mayor caída que ha sufrido el indicador en una década (en 2012 bajó cerca de un 70%) y eso que ya partía de unos niveles históricamente bajos. Ha sido en 2015 cuando ha logrado bajar del 0.1% e incluso situarse por debajo del precio oficial del dinero en la eurozona (instalado en el 0,05% desde septiembre de 2014).
Esta tendencia bajista ha sido posible gracias a la actuación del Banco Central Europeo (BCE), la máxima autoridad monetaria, que no solo mantiene los tipos de interés en los niveles más bajos de la historia, sino que además ha puesto en marcha un programa de compra masiva de deuda para apoyar la recuperación económica e impulsar los precios. Su maniobra, conocida en el mercado como ‘QE’ y que cumplirá su primer año de vida en marzo, ha sido la que ha dado la alegría a los hipotecados.
Por ejemplo, quien deba actualizar una hipoteca de 200.000 euros a 25 años y le queden pendientes de pago 24 años, se podrá ahorrar un 3% en la cuota, lo que puede llegar a suponer más de 20 euros mensuales.
El ahorro será incluso mayor para aquellos que contrataran una hipoteca a un plazo superior, como a 40 años. Siguiendo el ejemplo anterior y tomando como referencia esos 200.000 euros y una vida del préstamo pendiente de 39 años, el ahorro puede estará alrededor de los 30 euros al mes.
2016, el año que puede despejar el futuro
Aunque todo apunta a que el BCE no cambiará su política monetaria en este ejercicio (su medida extraordinaria seguirá activa hasta 2017 y ha insistido en que no tiene prisa en subir los tipos de interés), muchos expertos coinciden en señalar que el indicador apenas tiene ya recorrido a la baja. Desde XTB, por ejemplo, creen que el suelo podría estar en torno al 0,04% (esto es, dos centésimas por debajo del nivel actual), mientras que otra parte del mercado no descarta que llegue a tocar terreno negativo, aunque sea de forma puntual.
¿Es posible? Recordemos que el indicador no solo depende del BCE, sino también de otros factores como el precio de las materias primas, la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (que subió tipos en diciembre por primera vez en nueve años), de la propia economía de la eurozona y de la inflación en la región.
A pesar de que son muchos factores, el mercado no espera grandes novedades en ninguno de esos flancos (se prevén más subidas de tipos graduales en EEUU, un petróleo bajo y un crecimiento débil en Europa), lo que refuerza la teoría de que el euríbor puede entrar en un movimiento lateral durante varios meses.
Fernando Hernández, gestor de renta variable de Andbank, recuerda que mientras el PIB y los precios no crezcan en la eurozona a tasas del 2% el BCE no tiene motivos para plantearse un cambio de política monetaria. El FMI ya ha alertado que 2016 será un año decepcionante para la economía mundial, mientras que las mejores previsiones apuntan a que la eurozona crecerá un 1,9% y la inflación rondará el 1,5%. Todo ello sin olvidar que el petróleo (un componente básico en la evolución de los precios) seguirá en niveles bajos según todos los expertos. Según la agencia Moody’s, el barril podría mantenerse por debajo de 60 dólares hasta 2019, un precio que está lejos de presionar al IPC.
Sin embargo, la mayoría de los expertos sí cree que de cara a finales de año el indicador podría girar al alza. Las últimas previsiones de Citigroup le sitúan alrededor del 0,25%, mientras que las de Bankinter le colocan alrededor del 0,35%. Habrá que esperar a ver cómo evolucionan los acontecimientos para saber si ese hipotético nuevo rumbo es una tendencia definitiva o un rebote a la racha bajista que acumula.