Ubicación, superficie, luz o vistas suelen ser los criterios más importantes a la hora de fijar el precio de una vivienda. Sin embargo, hay un parámetro que puede incidir aún más en el coste. Se trata del estado de la propiedad, un aspecto capaz de subir o bajar los precios hasta en un 25%.
Comprar un piso antiguo para reformar y vender rápidamente ha sido una actividad empresarial relativamente frecuente en nuestro país, afirma Jesús Duque, vicepresidente de la red Alfa Inmobiliaria. “Una vivienda en mal estado de conservación puede llegar a perder hasta un 25% de su valor de mercado, mientras que el precio de una reforma oscila entre los 400 y 500 euros/m2 de media”. Así, una casa de 90 metros, que compremos por 150.000 euros, podría venderse tras la reforma por 187.500 aproximadamente. “Aún restándole todos los gastos e impuestos derivados de la compra de un inmueble, la operación ofrece interesantes ventajas”, declara.
Sin embargo, no todo son buenas noticias
Frente a la posibilidad de realizar una operación económicamente rentable o ganar en calidad de vida –gracias a poder elegir la distribución de la vivienda, las calidades de los materiales, introducir equipamientos más eficientes, etc.- también existen diversos peligros que es necesario descartar con la ayuda de un arquitecto o de un profesional con experiencia.
Las casas antiguas tienen problemas que, a simple vista, pueden pasan desapercibidos. En general se trata de problemas en las instalaciones eléctricas o de fontanería, pero muchas veces pueden ser más graves como la existencia de tuberías o pinturas con plomo, vigas de madera, muros de carga, mal aislamiento térmico y acústico, malos o inexistentes sistemas de calefacción y gas, etc.
En este caso, “el precio de la reforma puede superar con creces los 500 euros por metro cuadrado y dar al traste con muchas de las ilusiones depositadas en ellas”, señala Duque.
Los edificios antiguos y mal mantenidos, el peor escenario
Si es importante conocer a fondo el estado de una vivienda antes de dar el sí quiero, mucho más es saber cual es la situación del edificio. Al igual que ocurre con los pisos, un edificio puede tener graves problemas estructurales que no sean evidentes. Incluso, como ha ocurrido en Madrid este verano, pueden haber superado la Inspección Técnica de Edificios y estar en riesgo de derrumbe.
Ante esta situación, el responsable de Alfa Inmobiliaria insiste en la necesidad de abordar la comprar de una vivienda antigua o en mal estado de conservación con la ayuda de un profesional con amplia experiencia en el sector. “Si abordamos la operación con conocimiento y rigor, el mercado inmobiliario ofrece en la actualidad grandes oportunidades al inversor”, concluye.