El uso de aislantes acústicos en una vivienda puede llegar a reducir las molestias hasta en un 70%, según Danosa, especialista en soluciones integrales para la construcción sostenible, a partir de la aplicación de su solución contra el ruido Impactodan.
En general, las viviendas anteriores a 2009 cuentan con deficiencias en materia de aislamiento acústico, ya que ese fue el año en el que entró en vigor el Documento Básico de Protección Frente al Ruido.
Uno de los primeros pasos a la hora de enfrentar este problema es detectar qué tipo de ruido está sufriendo la vivienda. Uno de ellos es el ruido de impacto, aquel que se transmite vía estructural, es decir, cuando un objeto impacta contra otro y se produce una vibración. Por ejemplo, el motor del ascensor, sillas o mesas arrastradas, las pisadas del vecino de arriba…
Quizás uno de los mayores inconvenientes que genera este tipo de ruido es que en los bloques de pisos se transmite a una mayor distancia que el ruido aéreo (el que provoca la televisión, el tráfico…) por lo que una fuerte vibración generada en un sexto piso puede percibirse en el primero.
No obstante, los sistemas de amortiguación del ruido de impacto son los más sencillos de instalar, ya que consisten en interponer un material que funciona como un muelle. Es el caso de Impactodan, una lámina flexible de polietileno reticulado de poco espesor y fácil aplicación que, además de actuar contra el ruido de impacto, mejora el aislamiento a ruido aéreo de los forjados.
En este contexto, son numerosas las leyes que intentan regular el problema del ruido en el interior de las viviendas. En el caso de España, los valores límite de ruidos de inmisión son 35-40 decibelios para las horas del día (según distintas ordenanzas), y 30 para la noche (sólo la aspiradora genera 65 decibelios).
El tiempo es un factor clave
Las exigencias en edificios de viviendas están dirigidas principalmente a los elementos de separación con otros usuarios (medianerías y forjados), ya que la fuente de ruido más preocupante no es el exterior (salvo zonas expuestas como vías rápidas, trenes o aeropuertos) sino los vecinos.
A este respecto, para evitar este tipo de transmisión del ruido es necesario amortiguar el impacto antes de que se introduzca en la estructura del edificio. En el caso de rehabilitación de una sola vivienda, se tendría que aislar el suelo del piso superior, una solución eficaz que, sin embargo, es prácticamente inviable.
Por ello, tal y como recuerda Danosa, es necesario implantar esta solución en obra nueva, ya que supone un coste mínimo y evita un problema de rehabilitación muy difícil de solventar después.