Un ambiente ordenado y relajado puede elevar la productividad según BricoPrivé
Volver al trabajo tras unas merecidas vacaciones nunca ha sido tarea fácil. Según los expertos, el periodo de adaptación al trabajo después de la vuelta de vacaciones es de entre una y dos semanas. Hay que saber que una vuelta brusca después del verano puede hacer que se pierda productividad en el trabajo y hace posible poder sufrir el llamado ‘síndrome postvacacional’.
Para acortar ese periodo y hacer el regreso más llevadero, la organización del entorno de trabajo es clave. Según los expertos de BricoPrivé, el primer outlet online de Europa especializado en bricolaje y equipamiento del hogar, “un alto nivel de desorden a nuestro alrededor hace que nuestro rendimiento y nuestra concentración disminuyan de forma considerable”. Para evitarlo, desde la compañía proponen cinco consejos:
- Crea un área de trabajo y otra de inspiración: dividir la oficina en dos es muy importante. Este es un punto de interés en algunos trabajos, pero no en todos. Sin embargo, es importante señalarlo, porque en los nuevos trabajos y en las nuevas empresas, cada vez es más habitual que deba existir un ámbito de creatividad. La mejor forma de hacerlo es ideando dos espacios con distinto uso: uno para inspirar y otro para trabajar.
- Apuesta por una iluminación perfecta. Otro aspecto clave para una oficina es el de la iluminación. Poco se repara en este aspecto, pero para ser productivo es imprescindible contar con una buena luz en los puestos de trabajo. Si no gozamos de una iluminación correcta nuestra mente se centra en ello y es notable el número de distracciones que encuentra. Siempre que se pueda elegir debemos apostar por luz natural, ya que aporta una mayor productividad. No obstante, las luces LED también son una buena opción.
- Cuidado con el ruido. Otro punto relevante para lograr la máxima concentración es gozar de un buen aislamiento acústico. Es preferible no escuchar nada y poder centrarse en el trabajo que sufrir continuos cerca que nos impidan concentrarnos en la tarea que estamos realizando. Debemos prestar atención a puertas y ventanas y comprobar que éstas están cerradas o gozan de un sistema de aislamiento.
- Apuesta por elementos ergonómicos. No hay nada que reduzca más la productividad que sillas incómodas que produzcan la necesidad de levantarse y cambiar de postura frecuentemente. Para ello, es necesario contar con elementos ergonómicos y cómodos, que nos permitan utilizarlos sin que tener que levantarnos por un dolor de espaldas o por incomodidad.
- Declara la guerra a los cajones. Eliminando los cajones de la oficina, harás que todo lo que tengas en tu escritorio sea útil y necesario, y evitarás guardando lo que no sirve para nada y no sabes dónde colocar. Adquiriendo el hábito de separar lo importante de lo que no lo es conseguiremos mejorar nuestra productividad de forma notable.