Durante la última década el sector construcción europeo ha padecido algunos episodios de estancamiento de sus niveles de producción, pero es preciso retroceder hasta 1993 para encontrar un descenso comparable al actual. Así, se espera cerrar el ejercicio con una bajada en la producción del -2,5% en términos constantes con respecto al 2007.
El empeoramiento se hará todavía más patente en el año 2009, para el cual se ha previsto
un nuevo retroceso del -4,3%. Hay unanimidad en considerar que el sector va a ser incapaz de
volver a recuperar el crecimiento antes de que se corrobore por completo el nuevo retorno a
la normalidad en la economía. Es por eso que incluso admitiendo que en el 2010 las economías de la zona Euroconstruct puedan ser capaces de salir de manera incipiente de su
atonía actual, la construcción va a tener que atravesar otro año entero más de estancamiento
antes de retornar a la senda del crecimiento, lo cual nos situaría en el 2011 en el mejor de los casos.
El grueso del impacto de la crisis va a concentrarse sobre la construcción residencial de
nueva planta, y así se refleja en la estimación de cierre del 2008 (-13%) y en la previsión para
el 2009 (-13%). No hay novedades por lo que se refiere al cuadro de síntomas que explican
estos descensos tan cuantiosos: severas trabas a la financiación, promotores muy conservadores ante un stock que no se mueve y compradores a la espera de mayores recortes
en los precios de la vivienda y en los tipos de interés. Salir de semejante situación va a requerir bastante tiempo, e incluso contabilizando el efecto equilibrante de la rehabilitación,
siguen siendo mayoría los países que contemplan signo negativo en la previsión para el 2010.
La edificación no residencial ha sido capaz de esquivar la primera oleada de la crisis (se espera
cerrar el 2008 con un crecimiento del 1,6%) pero no podrá hacerlo por más tiempo (-5,4%
para el 2009; -1,5% para el 2010). El nuevo escenario va a repercutir más negativamente
sobre los mercados de la construcción industrial y las oficinas, algo preocupante porque
dichos mercados suponen un 36% del total de la producción no residencial de la zona
Durante la última década el sector construcción europeo ha padecido algunos
episodios de estancamiento de sus niveles de producción
Por otra parte, las previsiones menos pesimistas recaen sobre los mercados con mayor participación de la inversión pública: la construcción de equipamientos de salud y de educación.
En el caso de la ingeniería civil se apuesta por que la crisis vaya a ser un episodio de corta duración, en el cual el crecimiento se va a interrumpir solamente durante el 2009 (0,4%).
Además, hay expectativas de que del 2010 en adelante vaya a ser posible retornar a un
clima de crecimiento significativo (superior al 3,5%) si bien la contribución por países a esta
recuperación va a ser muy desigual. En este sentido destaca el caso de Polonia, país para
el cual se espera mantener tasas de crecimiento de la obra pública a ritmos de dos
dígitos y que propulsarían al sector polaco a niveles de producción en el 2010 que duplicarían
a los del 2007. Entre los países occidentales, se prevé que a corto plazo la ingeniería
civil disfrute de un buen período en el Reino Unido y en los países escandinavos
(exceptuando Finlandia).
Para la economía española, muy dependiente de la financiación y que ha acumulado un fuerte endeudamiento tanto de familias como de empresas, la interrupción de los flujos de préstamos
ha repercutido de una manera muy directa en la economía real, a todos los niveles: consumo, inversión, empleo. La economía del país entra en recesión y se sospecha que la recuperación no va a llegar pronto ni va a ser contundente.
Si en un principio se creía que el impacto de la crisis financiera en España sobre el sector
construcción iba a circunscribirse solamente a los mercados de la vivienda, en estos momentos
se constata que está contaminando también a la edificación no residencial y a la ingeniería
civil. La producción del conjunto de la construcción se encamina a un mínimo de dos
años de descensos consecutivos –2008 y 2009– a razón de un -15% anual. Semejante
reajuste tendría que ser suficiente para recolocar al sector construcción español a unos niveles
más acordes con los de un país que sufre particularmente las consecuencias de la crisis,
en el que es inevitable que la construcción pierda posiciones en las prioridades del gasto
público y privado.
La edificación de vivienda de nueva planta acentúa su crisis. Por una parte, la falta de
financiación está reduciendo a la mínima expresión el mercado de compraventa y la
puesta en marcha de nuevas promociones
.
Por otra, el volumen de stock de vivienda por colocar está tomando dimensiones preocupantes,
mayores incluso de lo que se preveía, puesto que contra pronóstico en el 2008 se están finalizando toda una serie de proyectos que se creía iban a ser pospuestos o suspendidos.
El reajuste de precios de la vivienda se está produciendo de manera relativamente ordenada, si bien se continúa sin ver donde puede acabar su recorrido. Por tanto, en un contexto de alta oferta y una demanda muy retraída bajo el peso de las circunstancias, no se puede esperar otra cosa que un severo retroceso de la producción. Este informe plantea, en números redondos, que el 2009 puede situar el listón de la producción un 50% por debajo del 2007.
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