El Consejo General de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria ofrece consejos para evitar estafas en el sector de la compraventa y alquiler, dirigido a los consumidores con el fin de evitar que sufran estafas a la hora de realizar operaciones inmobiliarias. Las estafas tienen relevancia penal, ya que interviene el engaño y el desplazamiento patrimonial, y suelen suponer un grave perjuicio económico para las personas que las sufren.
En el caso de la compraventa de vivienda nueva, una parte importante de las estafas se producen al comprar sobre plano y entregar cantidades a cuenta, que pueden no ser recuperadas si la promoción inmobiliaria no sale adelante. En este caso, es necesario asegurarse de la titularidad del solar donde se va a construir y de las cargas que tiene. “Lo más importante es tener la certeza de que la cantidad que se entrega a cuenta está garantizada, ya que la normativa exige que este dinero se ingrese en una cuenta bancaria específica avalada, que posteriormente debe ser devuelta con intereses si no se realiza la construcción”, explica el presidente del Consejo General, Diego Galiano.
En el caso de las compras de viviendas de segunda mano, el consumidor debe tomar precauciones en la fase prenotarial, en la negociacion y en el acuerdo de voluntades. Hay que evitar entregar cantidades a cuenta sin tener seguridad sobre la titularidad de la vivienda. Por ejemplo, puede darse el caso de que un piso tenga varios propietarios y que no todos quieran vender, pero se haya abonado reserva o dinero a cuenta a uno de ellos, “lo que puede frustrar la operación”, informa Galiano. También es muy importante asegurarse de que no pesan cargas ocultas sobre la vivienda, como hipotecas o embargos que puedan suponer una sorpresa desagradable para el nuevo propietario.
Alquiler
El Consejo General de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria también advierte sobre las estafas que se producen en el alquiler de vivienda, que son más frecuentes cuando se realizan a distancia o a través de Internet. “Es muy importante que se tomen cautelas, como comprobar la existencia real del inmueble, que está disponible para el alquiler y no ocupado, y su estado real. Posteriormente, es muy importante que el consumidor realice la operación con todas las formalidades necesarias, ya que siguen dándose casos de contratos verbales o suscritos en un papel cualquiera que no ofrecen ninguna seguridad jurídica”, señala Galiano.
Finalmente, hay que tener clara la diferencia entre una estafa, que es un delito con relevancia penal que puede denunciarse ante la Policía, y un incumplimiento civil, como puede ser el incumplimiento de una fecha acordada en un contrato de compraventa.
Otro aspecto importante para el consumidor son los honorarios del agente inmobiliario que debe afrontar. En este ámbito, el Consejo General de Colegios de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria recuerda que no deben abonarse antes de recibir los servicios. El contrato de mediación inmobiliaria contempla una actividad de resultado, es decir, que cuando se culmina la operación con éxito hay que pagar los honorarios, no antes. Lo que sí se puede hacer es un desglose de servicios parciales, desgranar al cliente servicios por fases e ir cobrando los honorarios de cada fase, pero siempre que el cliente esté plenamente informado y dé expresamente su consentimiento. En este sentido, el Consejo General recomienda que se suscriban hojas de encargo en la que aparezcan todos los datos del inmueble y también los honorarios para que el consumidor no se lleve ninguna sorpresa.
Diego Galiano recuerda que lo más importante para evitar estafas y cualquier tipo de problemas en las operaciones inmobiliarias es contar con el asesoramiento de un profesional cualificado y con garantías, como los agentes de la propiedad inmobiliaria. “Adquirir una vivienda es una operación que se hace una o dos veces en la vida y que supone invertir una cantidad de dinero muy importante. Contar con un asesoramiento profesional en una transacción de tanta importancia evita cualquier tipo de problema y ofrece una seguridad completa al usuario, ya que además un API cuenta con un seguro de responsabilidad civil que cubre una posible negligencia”, indica Galiano.