Por Redacción.
Es obvio que hoy en día cualquier profesional del sector inmobiliario debe tener en cuenta internet para promocionar su empresa o actividad. Pero esa indiscutible realidad no debe estar reñida con cuidar y potenciar nuestra comunicación a través de los medios no digitales, que continúan siendo trascendentes para incrementar nuestra actividad y facturación, especialmente en nuestro mercado más próximo, que también, con mucha frecuencia es el que más importancia tiene para nuestra facturación.
En la actualidad es frecuente ver empresas y profesionales del sector inmobiliario que han hecho un gran esfuerzo para mejorar y posicionar su imagen en la red, pero que al mismo tiempo han olvidado cuidar su imagen fuera de la red. En este artículo les damos las claves para que esto último no ocurra.
1. Previo
Los que se dedican a la intermediación inmobiliaria de forma profesional contratan generalmente publicidad continuadamente para anunciar sus productos, pisos, locales, etc.
Una gran parte de las empresas pequeñas y medianas de intermediación y servicios inmobiliarios, no se dan cuenta que podrían aprovechar la publicidad que hacen de sus productos, para a la vez publicitar a sus empresas, lo que a la postre provoca un incremento de las ventas.
2. El ejemplo
¿Alguien se imagina comprando un coche solo conociendo el nombre del modelo sin saber la marca del fabricante? La mayoría de ustedes responderán que no.
Lógicamente el fabricante de vehículos sabe, que al aprovechar la publicidad que hace de un coche concreto de su gama para publicitar también su marca, consigue que el mensaje que recibe el potencial consumidor no muera en el momento que el modelo concreto de vehículo pase de moda, sino que al anunciar también su marca el efecto publicitario se extiende en el tiempo, contribuyendo así a potenciar las ventas futuras de los próximos vehículos que saldrán al mercado.
Los grandes constructores y promotores, hace tiempo que ya se han dado cuenta de lo rentable que es conseguir que el consumidor les identifique fácilmente. Por ello diseñan anagramas o tipos de letras determinadas que identifican su razón social, registrando finalmente las correspondientes marcas, rótulos comerciales etc. De esta forma el consumidor al pasar por delante de una obra casi sin mirar ya sabe quién es el constructor. Ha identificado los colores que distinguen a esa empresa o un determinado dibujo que hace lo mismo, etc.
Probablemente ese consumidor cuando comente a un tercero que están haciendo un edificio en la calle x, concretará diciendo que la empresa tal está construyendo en la calle x. Esta precisión de nuestro supuesto consumidor tiene mucha más importancia de la que a veces pensamos. Y la importancia radica en que este boca a boca que repite y difunde el nombre de nuestra empresa hace que aumenten nuestras ventas. Se consigue que el potencial cliente identifique nuestra marca con la posibilidad de satisfacer una necesidad concreta, en este caso la compra o alquiler de un piso o local. Si este efecto se consolida en el consumidor, éste acudirá, ante la necesidad de disfrutar de un producto, a nuestra empresa y una vez en ella escogerá el producto concreto.
Lo dicho en el anterior párrafo es igualmente aplicable para aquellos que se dedican a intermediar en la venta de inmuebles nuevos o de segunda mano, que ellos no han construido. En estos supuestos, su papel es tan importante, que el consumidor prácticamente identifica al intermediario con el creador de ese bien, del piso, apartamento etc. Por ello, es también en esta actividad, fundamental adornar la misma con una marca que nos identifique en el mercado y permita que el cliente se acerque con facilidad a nuestra puerta.
En este mismo sentido nos comunicaba un gran publicista, que algunos estudios de arquitectura empiezan a presionar a los promotores y constructores, para que los nombres de los arquitectos y aparejadores, aparezcan rotulados con letras cada vez más grandes en los carteles de las obras, y en cualquier otro tipo de información o documentación que se distribuya con relación a la misma, exigiendo incluso otros detalles como el tipo de letra color, etc.
Este fenómeno por supuesto se extiende día a día a los diferentes profesionales e industriales que intervienen de una u otra forma en la creación y comercialización de inmuebles.
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