Las pequeñas firmas inmobiliarias, así como los despachos de administradores de fincas, están constatando desde hace unos años un importante aumento de la competencia. Este cambio de escenario plantea a las agencias inmobiliarias la necesidad de buscar nuevas fórmulas para satisfacer las expectativas de los compradores, fidelizarlos y también conseguir la atención de los potenciales clientes de sus servicios con el fin de posicionarse en su ámbito ante el incremento de la oferta.
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