Los países de la Unión Europea están sufriendo un rápido envejecimiento. En el año 2030, se calcula que en Alemania, la tercera economía del mundo y primera europea, la mitad de la población adulta tendrá más de 65 años comparado con el 20% de hoy en día. A la vez, vemos que en este mismo periodo la población de gente menor de 35 años también disminuirá dos veces más de lo que crecerá la población mayor. El resultado final de estas tendencias demográficas es que la población total del país caerá de unos 82 a unos 70-73 millones de habitantes, con una población activa, que gane el dinero para los demás, de unos 30 millones en lugar de los 40 millones actuales, un 25% menos. Se trata de una tendencia demográfica impresionante y alarmante. Más aún cuando nos damos cuenta de que la tendencia se detecta en casi todos los países de nuestra comunidad europea: Italia, Francia, Portugal, Holanda, Suecia y España. Todos estos países cuentan, por un lado, con una población de gente mayor que crece y, por el otro, con una tasa de natalidad muy baja.
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