En invierno se produce una bajada de la humedad ambiental que combinada con el uso de los sistemas de calefacción, afecta directamente sobre el comportamiento de los pavimentos de madera. Un material que según ACIP (Asociación Catalana de Industriales del Parquet) ayuda a mantener una temperatura óptima de la vivienda pero que al mismo tiempo absorbe o cede humedad del ambiente en función de las condiciones climatológicas que lo rodean.
Un estado de baja humedad relativa durante más de 15 días en los locales o viviendas con instalaciones de parquet puede provocar una excesiva pérdida de humedad del pavimento. La consecuencia directa es una contracción de la madera y la aparición de juntas. También se pueden producir cambios dimensionales o fisuras y separaciones entre piezas.
Para que el parquet no se vea sometido a estas variaciones indeseables, ACIP ofrece soluciones. La más adecuada según la Asociación consiste en colocar humidificadores para evitar así el desecamiento del parquet. Otra opción es ventilar las estancias, abriendo las ventanas periódicamente, fregar el suelo con agua tibia, regar las plantas de interior o repartir recipientes planos con agua en lugares estratégicos como por ejemplo encima de los radiadores.
Siguiendo estas recomendaciones de ACIP los poseedores de pavimentos de madera minimizarán los efectos negativos de una falta de humedad en el ambiente evitando la proliferación de grietas o fisuras. Además de mejorar al mismo tiempo las condiciones higiénicas ambientales, evitando sequedad en la garganta, aparición de alergias y agravamiento de los problemas respiratorios.
Señalar que el nivel adecuado de humedad ambiental para las personas se sitúa entre un 45 y un 65% de humedad relativa en el aire.
En este cuadro se ve claramente que ante cambios de humedad relativa ambiental, el grado de humedad de la madera cambia de forma importante. Esto conlleva que si baja mucho la humedad ambiental (por ejemplo por la calefacción o el calor estival) la madera pierde parte de su humedad con lo cual pierde volumen y pueden aparecer grietas entre tablas (juntas abiertas). La aparición de estas juntas es aleatoria y acumulativa, dando lugar a juntas puntuales visiblemente más grandes que afectan a la estética del conjunto.
A lo largo de las diferentes estaciones del año estas juntas tenderán a cerrarse parcialmente como consecuencia de los nuevos cambios climatológicos, manifestándose finalmente en muchos casos como líneas de rotura del barniz protector de la madera.
La aparición y desaparición de juntas entre tablas con motivo de los cambios dimensionales de la madera se debe considerar, hasta cierto punto, normal en cuanto a que la madera es un material vivo que tiene movimiento debido a su carácter higroscópico.
Por ello, la propia normativa de instalación de parquet (norma UNE 56810), refleja la posibilidad de la aparición de juntas en el pavimento, limitando su tamaño a límites razonablemente correctos, siempre y cuando se mantengan unas condiciones higrotérmicas estables.
Para minimizar los efectos estéticos no deseados de la aparición de juntas o fisuras, la solución pasa por el relleno de las grietas con una masilla elástica de color similar a la madera, preferentemente barnizable a posteriori para evitar su ennegrecimiento, o la inserción de tiras de madera cuando las juntas son importantes.
Cabe recordar que la masilla aplicada debe ser compatible con el barniz a aplicar y que no se debe abusar en su aplicación. El relleno de las juntas dificultará en el futuro que la propia madera, en cuanto vuelva a adquirir un estado de equilibrio higrostático de acuerdo a una situación de mayor humedad ambiental, pueda cerrarse volviendo a su estado dimensional original.
Cuando la cantidad de grietas o el tamaño de las mismas sea considerable y no se pueda recuperar la estética del estado inicial del parquet aportando humedad ambiental, la solución más efectiva derivará en la restauración a fondo por un profesional parquetista, quien valorará la solución más eficiente para recuperar el estado original del pavimento.
Asimismo, se han de respetar las posibles juntas de dilatación existentes y el espacio perimetral entre el parquet y los paramentos verticales. No se debe en ningún caso rellenar estos espacios destinados a permitir el libre movimiento de la madera en el plano horizontal, como consecuencia de su carácter higrostático.
Autor: Ángel Preciado ACIP
#ads1{display: none !important;}
#ads2{display: none !important;}
#ads3{display: none !important;}
#ads4{display: none !important;}
/*.code-block {display: none !important;}*/
#economist-inarticle{display: none !important}
#publicidad{display:none;}
#cortardivhglobal{display: none !important;}
¿Quieres seguir leyendo?
Suscríbete a la Revista Inmueble desde